El Semanario Acapulco Gráfico, editado por Rogelio Noriega Mares, en la edición que corresponde al 16 de enero de 1955, publicó en sus páginas la siguiente información:
SIGUE EL DESCONTENTO
Turbias maniobras de los permisionarios de los transportes urbanos, ¿Qué esperan las autoridades superiores que no intervienen?
“Cuando los guerrerenses se encuentran perfectamente unidos; cuando sus inquietudes cívicas sean recogidas por sus gobernantes con base en el respeto a la Leyes y en la más pura práctica democrática, entonces el Estado de Guerrero verá florecer sus extensas campiñas y harán nacer sus hasta ahora explotadas industrias”.
He ahí un párrafo digno de espicteto: quitémosle lo provincialista y tendremos un axioma. En efecto: mientras exista un desacuerdo de criterio entre los componentes del pueblo acapulquense y sus gobernantes, no escuchen sus justas y frecuentes quejas, la única fuente de ingresos, con que cuenta, que es la del turismo, se agotará bajo la inicua explotación de un sector que solamente busca acrecentar sus utilidades, sin importarle una ardid el elevado costo del diario sustento de las masas laborantes.
La actual inquietud cívica que ya efervece en mítines y pedradas, no es más que consecuencia de una política de “dividendos”, seguida por
Individuos, para quienes Acapulco solo es una fuente de ingresos, derechos o chuecos, pero que engordan a los gordos y secan a los escuálidos.
Y esa política de dividendos, es una maniobra maquiavélica que denota un contubernio oficial, toda vez que el monopolio de transportes urbanos, continúa recibiendo la protección que concede todo silencio en problemas como el de esos transportes con tarifas elevadas sin considerar sorpresivamente que pesan como lozas de plomo sobre las espaldas del proletariado, pues la rebaja de 40 a 30 centavos en los servicios de segunda clase solo es una engañifa, ya que las unidades de esa categoría han ido desapareciendo paulatinamente para ir quedando la llamada de “primera”, con tarifa de 50 centavos para sirios y troyanos, es decir, que los 20 centavos marcados para los escolares en el servicio de segunda, continúa siendo de 50, pues los camiones de segunda transitan a cuarenta y cinco minutos y, lógicamente, como los “ llamados de primera”, transitan con más frecuencia, los educandos se ven obligados pagar el tostón, para llegar a tiempo a sus clases…
De manera que los señores permisionarios se están saliendo con la suya, pese a los acuerdos tomados en cabildo relativos a ese descuento ilusorio, porque las autoridades encargadas de vigilar por que se cumplan esos acuerdo no han procedido con la debida energía para fijarle a la empresa de esos transportes UN NUMERO LIMITADO DE UNIDADES DE PRIMERA, que ofrezcan servicio EXCLUSIVAMENTE PARA LOS LUGARES DE RECREO.
Y esta situación está provocando una agitación popular que se hará patente en la próxima semana, pues las organizaciones que tomaron parte en la anterior y que son: “Frente Revolucionario Obrero, Campesino y Popular”; “Unión de Colonos de El Progreso”; “CROM”; “Unión de <Mujeres Revolucionarias, así como Maestros y Estudiantes y cuyos conjuntos sumaron más de mil personas en ese mitin, están ya organizando mayores contingentes para repetir sus justas peticiones y sería de lamentarse la repetición de incidentes provocados por los ánimos exaltados de los escolares, que no son tan irresponsables como generalmente se les considera, sino que tienen una conciencia cívica exacerbada por la condición económica de sus progenitores, la cual no puede satisfacer la voracidad de los permisionarios del monopolio de Transportes Urbanos S.A., entre los que se encuentra un alto Jefe del Ejército Nacional que es alta firma de esa unión de permisionarios y el pueblo deduce que el monopolio tiene inmediato amparo de las bayonetas bajo el mando de un General capitalista, de acuerdo con nuestra Institución Armada se presume que fue a la Revolución para defender los derechos de un pueblo hambrienta…
Urge, pues, que las Autoridades Superiores Federales intervengan con la urgencia que demanda este agudísimo problema, pues las administraciones del Jefe de Tránsito Local sobre “duros castigos para los elementos subversivos” como se ha querido calificar a los integrantes del mitin anterior, hacen entre el pueblo que el mismo efecto que una chispa en la gasolina…
En el Acapulco del 2013 el transporte público es un caos, los camiones bailan al ritmo de la estridente música que tenemos que soportar, otros más hasta pantallas con sus videos favoritos, chalanes y choferes desatentos que humillan a los ancianos que presentan su credencial del INSEN para que los exenten del cobro del pasaje y otros más listos se quedan con el cambio; pero este es el transporte de nuestro tiempo.
Al respecto Guadalupe Sabah Tagle originaria del Barrio del Pozo de la Nación comenta: en mi etapa infantil recuerdo que cuando mi Madre Gertrudis Tagle hacía algún comentario relacionado con el transporte público utilizaba la palabra circunvalación y no la que hoy en día todo mundo pronuncia que es la de camión urbano.
Los pocos circunvalaciones que daban servicio eran de color rojo y blanco, venían de Caleta e iban hacia la Garita, adentro solo había unos asientos largos a los lados y un tubo en medio para que de allí se sostuvieran los que no encontraban donde sentarse.
Allá por los años cincuenta, sesenta y quizá en los setentas todavía los choferes te daban un boleto que eran color de rosa o verde bajito de un papel muy delgado que me recuerda la cáscara de las cebollas.
Otro detalle importante que viene a mi memoria es el de que los choferes vestían de color caqui pero sobre todo recuerdo a mi Abuelo Salvador Sabah Letay quien fuera taxista mucho antes de que yo naciera.
Don Gerardo Alvarado Balanzar, quien nació en el Barrio del Teconche y hasta la fecha continúa viviendo en el mismo domicilio, con una amplia sonrisa recuerda el nombre de Manuel Rico Reyes, quien primeramente fuera cobrador de los camiones circunvalación, su actividad la iniciaba cuando el chofer de la unidad motriz la ponía en marcha; Manuelón iba hasta el lugar donde el usuario estuviera sentado y allí les cobraba el pasaje que fluctuaba entre los 30 y 50 centavos. Es importante resaltar que los pasajeros eran tratados con amabilidad. Años más tarde Manuel Rico se convirtió en taxista.
También hubo otros acapulqueños que se dedicaron a la chafireteada entre los cuales recuerdo a: Odón Mejía Quevedo, que tenía su domicilio en ese tiempo en la calle Vicente Guerrero a un lado del actual domicilio del periodista Luis Fontova Román; Efrén Maganda Alemán que vivió en esa época en la calle Eduardo y es familia de los políticos priistas de apellido Gómez Maganda.
José Isabel Buen Rostro quien era mejor conocido por el “Pato”; Miguel Radilla a quien se le conocía como “El Perro”; Jesús Suastegui “El Hígado” a quien le pusieron así por el color moreno obscuro de su piel y Santos Gutiérrez a quien le llamaban cariñosamente “El Negro” originario del Barrio de la Guinea, quien en sus ratos libres se dedicaba a entrenar box y que llegó a ser Campeón Nacional de Peso Medio.
En esa época el transporte era escaso y no había muchas rutas, se respetaban las paradas oficiales y los camiones en lugar de los asientos colocados como los vemos hoy en día, tenían colocadas unas bancas largas de madera a los lados y los usuarios que no alcanzaban asiento tenían que ir parados agarrados de los tubos colocados en el techo de los vehículos.
Aquí en el Pozo de la Nación exactamente donde está el consultorio de la Doctora Leticia Tabares y que primeramente fue de su esposo el extinto y conocido dentista Pastrana en la calle de Nicolás Bravo casi esquina con Juan Ruíz de Alarcón, se estacionaba una automóvil que tenía el volante a la derecha como se usa todavía en algunos lugares de Inglaterra y Europa principalmente.
Este auto daba servicio con rumbo a Coyuca de Benítez y lo manejaba el Señor Uribe a quien se le conocía como “El Chori” y que fue tío de Ramón Uribe Urzúa, esto sucedió hace aproximadamente 65 años.
Cuando se tenía la necesidad de ir al Pie de la Cuesta, se tenían que utilizar los autobuses Hermenegildo Galeana, los cuales tenían su terminal en la avenida Cuauhtémoc lugar por donde entraban los usuarios y los vehículos salían por atrás, exactamente a un lado de la Gasolinera Modelo.
Los pioneros permisionarios de ese tiempo en esta línea fueron Cuco Ponce, y los hermanos Alejandro y Alfonso H. Luz.
La mirada de Don Gero se nota nostálgica al recordar el Acapulco de su niñez y juventud, ya que actualmente todo es tan distinto.
*La palabra “tostón” se refiere a una moneda de cobre con valor de 50 centavos que por un lado tenía el Escudo Nacional y por el otro la imagen del Rey Azteca Cuauhtémoc,
*Se respetó en todas y cada una de sus partes el texto original-
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