Es evidente que el calor en los últimos días ha sido intenso, sofocante y desesperante, es parte del Cambio Climático. No sólo sobre el clima, sino también sobre el Medio Ambiente y del propio ser humano.
El cambio climático es una variación sustancial y ruda de los equilibrios medioambientales entre el hombre y la naturaleza, y sus resultados pueden ser adversos sino se llevan a cabo medidas conjuntas contra el cambio climático.
El aumento de la temperatura, es uno de los primordiales efectos del cambio climático, la más importante, y directamente vinculada con la emisión de gases que contribuyen al efecto invernadero. La tendencia del calentamiento terrestre ha sido el doble en los últimos 50 años, que en los 100 anteriores y de seguir así, se estima que la temperatura media de la tierra logre alcanzar a aumentar hasta 4°C en el año 2050.
En días pasados en la ciudad de Phalodi, en el noroccidental Estado Indio de Rajastán, ha pasado a los libros de los récords al registrar el jueves 19 de mayo del presente año 51.0 grados de temperatura, la más alta de la que se tiene constancia en la historia de la India
Incitará la fusión del hielo glaciar, lo que creará el incremento en la cantidad de agua en mares y océanos. Los científicos estiman que el nivel del mar pueda acrecentar unos 20 metros de aquí al año 2100, lo que sospecha un peligro para todas aquellas ciudades que se encuentran situadas en las costas o terrenos por debajo del nivel del mar.
Estos cambios desastrosos e irreversibles en los ecosistemas comprometen la integridad de numerosas especies vegetales y animales y constituyen una seria amenaza para su conservación. La disminución del nivel de agua dulce, en los ríos y lagos, debido a la evaporación causada por el incremento de la temperatura, provocará un nuevo problema, la sequía.
Es urgente que el gobierno de México accione políticas ambientales para hacer frente al cambio climático, más aún cuando la mexicana Patricia Espinosa Cantellano actual embajadora de México en Alemania ha sido nombrada Secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) según ha anunciado el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La reciente Secretaria Ejecutiva ha mostrado, además, su disposición a trabajar con todos los gobiernos, así como con todas las partes interesadas, para hacer realidad los objetivos y las ambiciones del Acuerdo de París. "Estamos en una etapa crucial: la de la implementación. Nuestras acciones, sobre la base de lo que nos informa la ciencia, deben ser rápidas, decisivas y perdurables", ha indicado.
Esperemos que para la suma de esfuerzos y entrega a la gran tarea de trabajar para hacer frente al cambio climático, al menos en nuestro país, pueda involucrar a gente con entrega, pasión, conciencia y compromiso, como es el caso de Jesús León Santos campesino indígena, originario de Oaxaca, el mexicano que se convirtió en el 2008 en el Premio Nobel de Ecología en los últimos 25 años, ha realizado un excepcional trabajo de reforestación en su región.
El nombre de la recompensa es “Premio Ambiental Goldman” creado en 1990 por dos generosos filántropos y activistas cívicos estadounidenses, Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman.
Jesús emprendió El tequio (faenas o trabajos colectivos que todos los vecinos de un pueblo deben a su comunidad) el trabajo comunitario no remunerado. Reunió a unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la principal culpable del deterioro: la erosión y la falta de inclusión laboral de las personas.
En esa región Mixteca existen más de 50.000 hectáreas que han perdido unos cinco metros de altura de suelo desde el siglo XVI.
La cría intensiva de cabras, el sobre pastoreo y la industria de producción de cal que estableció la Colonia deterioró la zona.
El uso del arado de hierro y la tala intensiva de árboles para la construcción de los imponentes templos dominicos contribuyeron definitivamente a la desertificación.
Se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y campesinas, la soberanía alimentaria. Desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región.
Sembrando cuatro millones de árboles de especies nativas, aclimatadas al calor, todo una variedad muy propia de la zona, el cajete, que es de las más resistentes a la sequía. Se planta entre febrero y marzo, que es allí la época más seca del año, con muy poca humedad en el suelo, pero cuando llegan las lluvias crece rápidamente. Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se ha producido.
Hoy la Mixteca alta esta restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra.
Necesaria la aplicación de las leyes en todo el país y el resto del mundo, permitirá reducir niveles de contaminación al planeta. En el caso Acapulco es un tema que al parecer no se tienen sanciones cuando los vehículos emiten demasiado humo, tampoco por personas que vierten sus grasas a los registros pluviales, por quemar basura, por no realizar el manejo pertinente de residuos soliditos y muchas cosas más que faltan por hacer.
No basta con la tarea que realizan algunos gobiernos, es tarea de todos ayudar al planeta, en las banquetas faltas demasiados árboles y eso todos debemos hacerlo por ser un responsabilidad como ciudadanos, así lo refiere el Bando de Policía y Gobierno Municipal de Acapulco artículo 18.- Los vecinos del Municipio tendrán las siguientes obligaciones:
XXI. Coadyuvar con las autoridades municipales en los trabajos de reforestación de áreas naturales, parques, jardines y, en general, en la reforestación de áreas verdes;
XXII. Cooperar con las autoridades municipales en la preservación y mejoramiento del medio ambiente, cumpliendo al efecto con las disposiciones que se dicten al respecto.
Esa es la responsabilidad ciudadana, no todo es tarea del gobierno, es un compromiso compartido que se debe asumir con prontitud y responsabilidad ecológica.
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