El primero en tiempo, es primero en derecho. Es decir quién llega primero y posee una cosa o espacio físico de la que nadie es dueño, es dueño de esa cosa o lugar. Lo lamentable es que un árbol no habla para ejercer su posible “derecho jurídico” y esa Ceiba que se ubica entre ambos carriles del paso elevado llegó primero.
El día 19 de abril del presente año el cabildo de Acapulco aprobó por mayoría el traslado del árbol conocido como La Ceiba Amorosa, de la avenida Cuauhtémoc al Parque Papagayo de esta ciudad y puerto para que no obstruya el paso del Acabús, procedimiento que costará al municipio casi cinco millones de pesos y que debe realizarse antes del 31 de mayo, fecha en el que el sistema de transporte se pondrá en marcha.
Se presentó el punto por parte de la regidora Linda Karina Ríos Radilla, quien argumentó que de permanecer la Ceiba en su sitio representa un riesgo para los ciudadanos y puede provocar un accidente, ya que obstruye el paso del Acabús.
Pero los que dicen NO lo argumentan, no dicen de qué forma o manera afecta a la ceiba ¿será por desconocimiento o por algunos intereses? No se sabe, lo que si afirman es que queda en puras especulaciones desde cómo se afecta y por qué, hasta el costo y la razón social de la empresa que posiblemente trasplantará el tan mencionado árbol con ya, cincuenta años de vida.
Es evidente que el Acabús no es una obra que propició Héctor Antonio Astudillo Flores Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero, sino uno de los cientos de problemas que la administración anterior le hizo el enorme favor de heredar, pero que ha estado haciendo frente y buscando las soluciones más adecuadas para sus gobernados.
Esta obra cuestionada es evidente que no tuvo la planeación técnica adecuada, tampoco en materia ambiental, no tiene nada de sustentable, sin duda la avaricia cierra los ojos, destruye conciencias y logra devastar el planeta.
Con estas acciones urbanas, seremos vulnerables al cambio climático. No existe explicación del por qué la gente no tenga conciencia y actos preventivos, pareciera que las altas temperaturas de calor no las sienten.
Valdría la pena valorar si es adecuado instalar un sistema de semaforización que sincronice el paso de un acabús y posterior el otro, es probable que eso permita la permanencia de la Ceiba y brindar el servicio de transporte público, anunciado para entrar en funciones el próximo mes.
Con esos cinco millones que afirman costará el traslado del árbol, lo debieron invertir para reforestar la ciudad, desde hace dos años y medio que Luis Waltón y Ángel Aguirre eran gobernantes en turno e inauguraron ese Paso elevado sin tomar medidas preventivas, es probable que a estas fechas la vegetación ya tendría hasta frutos.
No se puede tener la certeza que la estancia de la Ceiba en el Parque “Ignacio Manuel Altamirano” (Parque Papagayo) es una garantía de sobrevivencia, porque ese lugar que conocíamos como el “pulmón ecológico” vergonzosamente cada día lo han deforestado más, para instalar más locales comerciales, desde hace varios años, ahí solo han dejado claro que lo importante es la explotación comercial, por esa razón han generado una gran pérdida de flora y fauna. Esperemos que el ejecutivo estatal realice los cambios adecuados en dicho parque para oxigenar ese espacio público.
La mayoría de los humanos buscamos colocarnos o estacionar el auto bajo los árboles para evitar los fuertes rayos del sol, pero la mayoría no siembra árboles.
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