El Canal del Congreso está por llegar a la mayoría de edad. El próximo 18 de marzo se cumplen 18 años de la primera transmisión en vivo de las sesiones plenarias de las cámaras de diputados y senadores.
En un escenario de muy baja confianza en las instituciones, el que los ciudadanos puedan atestiguar de manera directa el desempeño legislativo es un arma de doble de filo para diputados y senadores, que se exhiben ante una audiencia estimada entre 18 y 24 millones de espectadores en el país.
Tal vez por eso los Congresos de los estados no han seguido el ejemplo, pese a que cuentan con sistemas oficiales de radio y televisión en los que podrían difundir sus sesiones.
Tampoco lo han hecho los ayuntamientos que, no cuentan con una televisora propia, pero si con las herramientas, gratuitas inclusive, que provee el Internet.
En el Ayuntamiento de Acapulco, recientemente la regidora del Partido Acción Nacional (PAN), Gloria María Sierra López pretendió presentar la propuesta de transmitir en vivo las sesiones de Cabildo en la página oficial del gobierno municipal. Propuesta que retiró, tal vez, porque sus compañeros ediles tuvieron miedo a someter su actuar al escrutinio de quienes pagan sus generosos salarios: los ciudadanos.
Es una lástima que alcaldes, síndicos, regidores y diputados locales le teman a la transparencia, o no quieran saber nada de ella.
En el contexto nacional, son casi dos décadas en las que los mexicanos podemos observar el debate legislativo, y estar muy pendientes de la discusión de los asuntos públicos. Pero además, cerciorarnos qué personajes, de los que suelen pedirnos el voto cada que hay elección, realmente hacen uso de la tribuna y para qué.
Por ejemplo, un personaje al que en la pasada Legislatura federal se vio muy activo en esas sesiones transmitidas en vivo, es el actual diputado local Ricardo Mejía Berdeja, uno de los más acérrimos críticos del caso Monex desde la tribuna pública, donde se convirtió en un diputado incómodo para el PRI, de igual forma que ahora como legislador local en Guerrero lo es para el PRD.
Mejía enfrenta la persecución oficial desde el Instituto Nacional Electoral (INE), que sanciona a Movimiento Ciudadano, su partido, por una supuesta negligencia que permitió que el sitio buscar.com publicara el padrón electoral. Pero el INE jamás requirió a los administradores de ese sitio para que declaren en torno al caso ¿Extraño no?
A nivel local, el haberse atrevido a denunciar ante la Procuraduría General de la República al alcalde de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre, le acarreó una serie de ataques en las redes sociales, en una campaña xenofóbica que apela a los sectores más ignorantes de la sociedad.
Dicha campaña está basada en la falacia circunstancial y contra la libre manifestación de las ideas, ya que se promueve que no debe opinar porque no es nacido en Guerrero, donde tiene sus raíces en la Costa Grande del estado.
Se apela a la ignorancia porque el 19 por ciento de la población mexicana reside en estados diferentes a los de nacimiento, pero además, porque la Constitución y todas las leyes aplicables, garantizan los derechos políticos de los ciudadanos mexicanos que habitan en la entidad donde se les da la gana.
Acapulco, Zihuatanejo e incluso Chilpancingo tienen mucha presencia de personas que hicieron de estas ciudades, su hogar.
Lástima que en la página del Congreso de Guerrero no se transmitan en vivo las sesiones parlamentarias, para que los ciudadanos puedan evaluar qué diputados trabajan, y cuáles serán muy oriundos pero también muy holgazanes, lo cual, no enorgullece en nada a Guerrero.
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