Reportaje
Cabo San Lucas, BCS.- Son las seis de la tarde del 14 de septiembre la gente regresa de la misa del domingo o bien del paseo de los centros comerciales, la mayoría se traslada de prisa a sus hogares, con cierto temor, pues el cielo se ha ennegrecido pues densos nubarrones cubren ya el cielo siempre azul de los Cabos, no se imaginaban que lo peor aún estaba por venir.
El huracán Odile que ya había dejado destrucción a su paso por los estados de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit y Sinaloa siguió avanzando mar adentro hasta convertirse en categoría III de la escala Saffir-Simpson.
Fue alrededor de la media noche del domingo cuando pegó de lleno en Baja California Sur, en las inmediaciones del corredor turístico de Cabo San Lucas y de San José del Cabo. Las rachas de viento eran de más 230 kilómetros por hora y su fuerza eólica devastaría todo a su paso.
Los cortes de energía eléctrica se dieron desde muy temprano, muchos de los vecinos ya no alcanzaron a enterarse de la magnitud del fenómeno natural que se acercaba, mucho menos de la suspensión de clases o de que no habría celebración del Grito de Independencia.
A la mañana siguiente la desolación era terrible, cuando la gente comenzó a salir de sus hogares o de sus trabajos se sintieron afligidos, y los días que vendrían después serían aún más peores.
AUSENCIA DE AUTORIDAD
Sin energía eléctrica, sin agua y sin víveres la gente comenzó a hacer compras de pánico, después vendría el vergonzoso saqueo de todos los minisúper, de los supermercados, de las tiendas en los centros comerciales, de las tiendas especializadas, de todo.
El vandalismo fue tal, que hasta se vio involucrado al propio director de Protección Civil de Cabo San Lucas Joaquín Tellez Alamos quien salió a declarar a la prensa nacional que solo estaba resguardando lo robado en su casa, y bueno ni que decir de los cuerpos policiacos, de esos los municipales…los que decomisaban lo robado a la gente, pero que nunca entregaron lo incautado a la dirección de Seguridad Publica.
De acuerdo con la opinión de los habitantes de Los Cabos la ausencia de la autoridad municipal fue muy notoria y el principio de todo el relajo fue precisamente la ausencia de gobierno, la falta de liderazgo. Las autoridades municipales ni se prepararon para el huracán ni antes ni para después. Al menos no se vio si hubo protocolos de acción o de organización.
El pueblo consigna en silencio que las autoridades municipales NO hicieron NADA, pero absolutamente NADA de NADA, especialmente para ayudar a la gente que menos tiene, ni antes, ni durante o después de la contingencia.
UN RUMOR QUE TOMÓ FUERZA
Como un dato curioso, entre la población se dio algo así como un rumor que como una bola de nieve fue tomando fuerza, aquel que comentaban como un secreto a voces, pues se rumoró que cuando estaba la rapiña más intensa en las tiendas de autoservicio, el 80 por ciento de los carros que se vieron cargaditos de mercancía robada traían las calcas, esas infames de “También caminamos por Los Cabos”, y eran autos, camionetas o trokas ya sea de familiares o de algunos de los trabajadores más cercanos al licenciado Antonio Agúndez Montaño actual alcalde municipal de San Lucas.
Pero sobretodo el rumor creció cuando se dijo que los saqueos solo fueron un distractor muy importante para apoderarse de los cajeros automáticos que se encontraban distribuidos por toda la franja turística de Cabo San Lucas, así como los de las sucursales bancarias, cajeros automáticos que fueron arrancados de sus bases con toda impunidad, llevándose así un cuantioso botín, en moneda nacional y extranjera.
UN NEGRO PASADO
Los Agúndez son 2 hermanos que han estado protegidos por su tío Leonel Cota Montaño ex-gobernador de la baja sur enriqueciéndolos con el poder por ya más de 12 años.
Primero Narciso Agúndez Montaño el que llegó a la presidencia municipal de los Cabos, y después fue gobernador de Baja California Sur, tuvo o tiene aun un proceso penal por la venta de unos terrenos federales que no debió de haber vendido.
Su hermano Antonio Agúndez Montaño es el actual presidente municipal de los cabos. Este último fue fuertemente criticado por que el sábado 13 un día antes de Odile andaba en las Vegas disfrutando en primera fila de una pelea de box.
EL PANICO
A pesar del llamado de no entrar en pánico, la población hizo lo contrario y el sábado dio inició a las compras masivas en supermercados, en ferreterías y madererías, la mayoría para colocar protecciones en ventanales y puertas.
Atún, sopa instantánea, agua embotellada, quinqués, lámparas de mano, veladoras y papel higiénico eran los productos que colmaban los carritos del súper.
Luego vinieron dos semanas de pánico, ya que mientras se restablecía el orden entre vecinos tuvieron que construir barricadas con lo que encontraron a la mano, por las noches las calles se veían lúgubres cuando los centinelas encendían las fogatas.
Se abastecieron con palos y piedras para controlar o impedir el paso de las bandas de pandilleros conocidas como “cholos” ya que por las noches estos últimos se dieron a la tarea de asolar a los colonos que notaban estaban desprotegidos en la zona conurbada, esto debido a que las fuerzas armadas estaban protegiendo a la zona hotelera.
Los habitantes de las colonias y fraccionamientos tenían que hacer turnos para protegerse sacando a flote su solidaridad pero sobretodo la casta para defender lo que era suyo.
Otro factor de pánico la elevada afluencia a las gasolineras, a pesar de que el superintendente de Petróleos Mexicanos (Pemex), Horacio Jiménez Cruz, hizo un llamado a la ciudadanía para evitar compras de pánico del combustible, solo que el superintendente de Pemex y muchos de otras dependencias no entendieron que la población nunca escuchó sus llamados, pues no había forma de cómo hacerles llegar la información, sin energía eléctrica, todo era muy difícil de lograrse, como no había bancos, tampoco había dinero ni siquiera para adquirir tiempo aire pues además no había telefonía celular.
LA RAJA POLÍTICA
Luego de la rapiña y posteriormente el control por parte de las fuerzas armadas del gobierno federal y de la maravillosa actuación de los trabajadores de la CFE, Sedesol y Conagua, no faltó quien intentara sacar raja política del asunto como lo intento el Senador Ricardo Barroso Agramont, al comentar en entrevista televisiva que no debía de usarse la tragedia del huracán Odile con fines políticos y lucrar con la necesidad de la gente.
Sin embargo a los pocos días de su declaración se vio a gente, a la de su equipo de fieles colaboradores con sus camisetas y gorras bien puestas repartiendo agua y despensas, hasta con sus logotipos en las bolsas que entregaban.
LA TRISTE REALIDAD DE LA RECONSTRUCCIÓN
La reconstrucción de Los Cabos es una triste realidad, muy distante a la que nos han estado mostrando insistentemente en Televisa y TV Azteca ya que la reconstrucción solo ocurrió en la zona turística, se dio en los grandes hoteles, en la marina, en la zona turística que deja divisas, mientras que a la gente afectada del pueblo solo le dieron 1 mil 340 pesos, lo equivalente a 10 días del empleo temporal, cuando estos voluntariamente aceptaron ayudar a limpiar las calles.
Pero para los propietarios de los pequeños comercios la reconstrucción aún sigue esperando la ayuda oficial, esa la que a través de la Secretaría de Economía les fue prometida por el Ejecutivo del gobierno federal.
Este inicialmente sería un apoyo de 15 mil pesos, luego se los redujeron a cinco mil pesos, sin embargo este sigue siendo un apoyo que no termina de llegar, ¿quizás será por la enorme cantidad de requisitos que les fueron solicitados a los afectados?...lo preocupante es que la temporada de turismo, la más importante de esta región ya está por comenzar y muchísimos de esos pequeños negocios continúan como desde el primer día del huracán, totalmente arrasados.
LOS ABUSOS DE LOS EMPRESARIOS
Los pequeños hoteleros sufrieron muchas pérdidas económicas, inclusive por las propias dependencias que supuestamente llegaron a salvar a los Cabos, como ocurrió en el hotel “Pericue” que administra el licenciado José Manuel Márquez Padilla al que trabajadores de PEMEX, se le fueron sin pagar porque simplemente no había energía eléctrica para hacer el cobro con tarjeta, vaya que eso fue abusivo.
Nada más que el licenciado José Manuel Márquez Padilla se pasó de vivo y para que él hotel no perdiera el ingreso de esos huéspedes de PEMEX que se le fueron sin pagar, simplemente decidió descontárselo al único trabajador que se mantuvo trabajando día y noche durante la contingencia.
Eran 2 habitaciones y el honesto trabajador de nombre Jesús Antonio Mancilla tuvo que absorber forzosamente de su pago de nomina, el descuento de 1 mil 360 pesos, más 4 días de castigo, forzándolo a trabajar sin goce de sueldo, lo que muchos consideraron constituye una flagrante violación a sus derechos como trabajador. El descuento y el castigo se cumplieron bajo la amenaza de ser despedido de no aceptar y acatar sus indicaciones. Situaciones como ésta fue la constante en la base trabajadora apretando a los que se quedaron a trabajar, a marchas forzadas y para ellos no hubo ni un solo reconocimiento.
UN VIAJE GRATUITO
Conforme fui avanzando en mis investigaciones me percate que las cosas no eran como no las habían mostrado en las televisoras nacionales, especialmente en el caso de los que aceptaron viajar de “gratis” como una forma de apoyarlos en su tragedia.
Nada más falso pues cada residente que decidió viajar con destino a Guadalajara o a la ciudad México, tuvo que firmar una carta en la que aceptaba no regresar a los Cabos en un periodo no menor a tres meses y su ingreso estaría limitado en aduanas terrestres, marítimas y aéreas con procedencia de cualquier parte del país o del extranjero.
*Dato que no pudo ser corroborado porque supuestamente los archivos de esas cartas quedaron en poder de la armada de México, quien fue la que se encargó del puente aéreo que se llevo a cabo durante alrededor de 15 días.
Ahora a 45 días de haber ocurrido la tragedia, ante la baja afluencia de turistas el comercio apenas sobrevive, las tiendas departamentales ofrecen su mercancía al 2 x 1 en algunas otras los descuentos van del 30 al 60 por ciento, solo esperan que las autoridades de los tres niveles de gobierno hagan su tarea y le devuelvan a los Cabos su valor, ese valor que le ha caracterizado siempre, la de ser la tierra de oportunidades, la del esfuerzo y de la gran calidez para sus visitantes.
LOS REPORTES OFICIALES
Se instalaron 164 albergues que fueron dispuestos en los cinco municipios de Baja California Sur
Tan solo 26 mil turistas extranjeros estaban en los hoteles de Los Cabos lo que equivalía a un 43 por ciento de la ocupación turística de la zona.
“Nos parece acertada la medida de prevención que tomó la CFE de desconectar el suministro de energía eléctrica. Hacemos un llamado a los habitantes para que tomen sus precauciones: tengan listas las lámparas de mano, los quinques o vayan al super a comprar veladoras”, expresó el funcionario municipal.
Informó también que a partir de las tres de la tarde de ayer se suspendieron todo tipo de operaciones en el aeropuerto internacional de San José del Cabo “como medida de precaución”.
El gobernador de Baja California Sur, Marcos Covarrubias, informó que hoy habrá suspensión de clases en tres municipios para todos los niveles educativos.
Informó, durante la sesión del Consejo Estatal de Protección Civil, a la que acudieron representantes de los tres niveles de gobierno, que los festejos por el Grito de Independencia también serían suspendidos en La Paz, Los Cabos y Comondú.
La suspensión de los festejos patrios y de las clases se extendió más tarde a todo el estado de Baja California, sobre todo por el cambio de trayectoria de Odile, que recorrerá la península para luego salir al Mar de Cortés, de acuerdo con las previsiones de la Conagua.
INFORMACIÓN EN HOTELES
Durante un recorrido por el corredor turístico Cabo San Lucas–San José del Cabo, Daniel Mazini, subgerente de uno de los hoteles, informó que trabajan de acuerdo con las indicaciones de Protección Civil y bajo los protocolos de la Asociación de Hoteles de Los Cabos.
“Se le ha estado informando a nuestros huéspedes todo el tiempo y desde ayer (sábado) que estamos preparados. Los huéspedes tienen cultura de huracanes. No hay pánico entre los turistas, el hotel es seguro y tenemos espacios donde podemos habilitarlos como refugios temporales”, afirmó, Mazini, quien también informó de reservaciones canceladas ante la llegada de Odile.
La Capitanía de Puertos de Los Cabos colocó a su vez banderas rojas en todas las playas para evitar desgracias, ya que las olas, informó, alcanzan hasta cinco metros de altura.
El secretario general del XI Ayuntamiento de Los Cabos, Jesús Druck González, informó en tanto que hasta el momento tienen albergadas a poco más de dos mil personas, también como medida de precaución. Seis albergues fueron activados en la zona urbana
Las autoridades hicieron un llamado a los propietarios de bares y restaurantes a no abrir sus establecimientos, no como medida obligatoria, sino como una manera de apoyar las medidas preventivas.
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