Acapulco, GRO MAYO DEL 2014.- Por Salomón García Gálvez.Ante el crecimiento del nuevo partido Movimiento Nacional de Reconstrucción Nacional (Morena), cuyo dueño de la franquicia es Andrés Manuel López Obrador, varios parásitos que han venido medrando desde la izquierda y que se han convertido en adinerados caciques de rancho, ya hasta se atreven a darle recetas al tabasqueño de cómo deberá conducirse, de cara al proceso electoral del 2015.
Uno de estos nuevos caciques que se han cobijado en la izquierda hasta convertirse en “dueño de plaza” del municipio de Tlalchapa, es el ex diputado perredista Martín Mora Aguirre, junto con su esposa la alcaldesa, Guadalupe Eguiluz Bautista.
Apanicado porque Morena les ajustará cuentas a varios farsantes de la izquierda, Mora Aguirre, soltó ayer uno más de sus exabruptos al manifestar que, “Morena podría NO postular candidatos en Guerrero”, lo cual califica como un “acto de hermandad”. Es decir, que, de esa manera, Morena “le ayudaría al PRD”.
La declaración de Mora Aguirre, difundida desde tierra caliente a través de un diario estatal, denota no sólo nerviosismo del ex legislador sino que ya se acostumbró al poder, a ejercer un rancio y corrupto cacicazgo, que pretende extenderlo y fortalecerlo utilizando al PRD y ve en el Morena a un potencial partido que podría desplazarlo y hasta relegarlo.
Mora Aguirre, junto con su cónyuge Eguiluz Bautista, son quienes gobiernan y se sienten dueños del municipio de Tlalchapa. En el pasado, el cacique era el priista-cetemista Filiberto Vigueras Lázaro, pero éste fue aplastado y derrocado por el matrimonio perredista. Hoy, el trono de Tlalchapa está ocupado por Martín y su consorte Guadalupe, capos de la política en tierra caliente.
“No es una situación acabada la de no postular candidatos (Morena), y si existiera alguna posibilidad, lo que podría ser más seguro es una coalición de facto, que beneficiaría a la izquierda de Guerrero y permitiría mantener el poder”, esgrimió burdamente el cacique Mora Aguirre, para justificar su desmedida ambición.
El comportamiento de Mora Aguirre, es similar al del cacique priista Rubén Figueroa Alcocer: a toda costa pretenden preservar sus parcelas de poder, disfrazando su rancio y demagogo discurso que ya no convence a nadie.
Aún no se sabe, cuál vaya a ser la reacción del líder nacional de las izquierdas cuando se entere que el zar de Tlalchapa Mora Aguirre, ya le anda dando consejos para que Morena no postule candidatos y le “eche una manita” al PRD -partido de Martín- que sí postularía a todos los cargos de elección popular. Como si Morena fuera a nacer: ciego, sordo, manco y minusválido.
O sea, desde la estúpida visión de Mora Aguirre, el PRD tiene todos los derechos de postular candidatos, mientras que el Morena NO podría hacerlo, “porque López Obrador, requiere por ley reunir un mínimo de votos para conservar el registro”.
¡Con esa clase de amigos, para qué quiere enemigos, López Obrador!
ZEFERINO: COSECHA, LO QUE SEMBRÓ.
Ni con todo el efímero poder que tuvo; ni con todos los recursos económicos, materiales y humanos con que podría contar, para sus apetitos de poder, el ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, no pudo formar ni fundar su partido político que lo catapulte hacia algún cargo de elección popular.
Sinergia Social, que Zeferino Torreblanca pretendió fundar en Guerrero sólo fue “llamarada de petate”. No le alcanzaron las canicas para jugar en política al hombre de la “Z”. A Zeferino, le pesa como loza en las espaldas ser considerado como una línea más en el asesinato del diputado perredista Armando Chavarría Barrera. Zeferino, necesita deslindarse públicamente del asesinato de Chavarría Barrera. ¿Lo hará?
Y si Torreblanca Galindo no consiguió formar ni fundar su partido político, la razón es muy sencilla: fue todo un fenómeno político-electoral, al que los perredistas lo anduvieron cargando y placeando por las siete regiones de Guerrero “vendiéndolo” como carísimo producto en el mercado electoral. Lo cierto es que Zeferino se quedó sin pueblo, muy solo, y ahora prefiere esconder la cabeza como avestruz, para que no lo vea el presidente Enrique Peña Nieto.
RICOS, IMPULSAN “PARTIDO DE LOS POBRES”.Lo que sí huele a mucho sospechosismo, es que desde el cochupero Instituto Estatal Electoral de Guerrero (IEEG), que dirige el ambicioso y centavero José Guadalupe Salgado Román, se anuncie con luz verde la aprobación del nuevo instituto denominado “Partido de los Pobres”, cuyo principal promotor es del gris ex diputado local priista, Rubén Valenzo Cantor, uno de los más prósperos latifundistas urbanos de Chilpancingo.
Para la formación de un nuevo partido político y su aprobación en el IEEG, se tendrían que haber realizado 81 asambleas municipales con la participación de 300 personas en cada una; luego, 28 asambleas distritales con un número muy superior de participantes, hasta arribar a una (asamblea) estatal multitudinaria.
Nadie en su sano juicio cree que Valenzo Cantor y su banda hayan reunido tales requisitos de ley para darle formación al nuevo “Partido de los Pobres”. Si en el IEEG aprueban tal aberración, las más altas autoridades federales en materia electoral podrían echar abajo ese absurdo proyecto político, una aberración.
En estos momentos ya no existe la Brigada de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres, que fundó el extinto guerrillero Lucio Cabañas Barrientos. Ese mismo grupo armado ajusticiaba a todos aquellos que habían traicionado al movimiento subversivo.
Si el cochupero IEEG, aprueba el nacimiento del nuevo “Partido de los Pobres” -que sería negocio redondo del ex diputado Valenzo Cantor, entonces estaría perpetrando una barbaridad y, de paso, ofendiendo la memoria del extinto guerrillero, Lucio Cabañas… Punto.