(Iguala, Gro).- Para el presidente Enrique Peña Nieto, el Estado Mexicano ha investigado profunda y transparentemente el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos; y para el gobernador Héctor Astudillo Flores, sin justicia “no sanará la herida”, y demandó esclarecer a profundidad los hechos, y que se someta a la ley a todos los responsables.

Así lo dijeron ayer ambos, durante sus discursos, en el estadio Ambrosio Figueroa de Iguala, donde el mandatario nacional remarcó la necesidad de seguir en la ruta de la ley y las instituciones. “Iguala no puede quedar marcado por los hechos del 2014”, insistió Peña Nieto.

Peña Nieto, dijo que el gobierno federal continuará desplegando “un amplio esfuerzo para procurar justicia, a partir de una investigación profunda, transparente y abierta, con la colaboración de diversas instituciones internacionales. Mi gobierno trabaja para crear condiciones de seguridad y desarrollo, con oportunidades para todos”.

Lo más seguro es que grupos radicales y anarquistas nunca estaràn de acuerdo con el enorme despliegue militar de ayer en Iguala, con motivo del 195 aniversario del Lábaro Patrio, donde se hizo presente la totalidad del gabinete presidencial.

El gobernador Astudillo Flores, en su mensaje reconoció que Guerrero es difícil de gobernar, pero a la vez agradeció al presidente Peña Nieto por el amplio respaldo que ha otorgado a esta entidad para superar fenómenos naturales y enfrentar al crimen organizado.

 CLASE POLÌTICA DE GUERRERO, PRESENTE.

La presencia del presidente Peña Nieto -Tlatoani de priistas-, fue el principal eje que motivó la presencia de todo el gabinete estatal; senadores, alcaldes, diputados locales y federales, dirigentes tricolores, en Iguala de la Independencia.

Encabezados por el gobernador Héctor Astudillo Flores y su esposa, Mercedes Calvo de Astudillo, el templete principal fue ocupado por figuras priistas: El titular del Poder Judicial, Robespierre Robles; el senador René Juárez y los diputados locales, Flor Añorve Ocampo, Héctor Vicario y el alcalde anfitrión, Esteban Albarrán Mendoza.

También estuvieron allí en el desfile cívico-militar: el Secretario General de gobierno, Florencio Salazar Adame; el Senador Sofìo Ramírez Hernández (más cerca de retornar al PRI); el Fiscal General, Xavier Olea; el titular de Finanzas, Héctor Apreza; los diputados federales, Beatriz Vélez, Chilpancingo, y Ricardo Taja, Acapulco; el jefe del despacho gubernamental, Alejandro Bravo (¿próximo líder estatal del PRI?); el rector de la UAGro, Javier Saldaña y el cínico aguirrista “Mil Chambas”, Juan Salgado Tenorio, entre otros.

En un segundo templete, fueron acomodados los delegados federales: José Manuel Armenta, Sedesol; Fermín Alvarado, Trabajo y Previsión Social; José Luis Ávila, IMSS. Hubo tercer templete, donde estuvieron el presidente del Patronato de la Feria de Iguala, Gerardo Delgado Castañeda y regidores de la comuna tamarindera.

Simultáneo al desfile, un escuadròn de tres aviones de combate supersónicos F-5, surcaron el cielo del valle de Iguala -en vuelo de reconocimiento-, con gran estruendo de sus turbinas, que hizo vibrar cristales de casas, edificios, y subir el ritmo cardiaco de miles de igualtecos, no acostumbrados a ver ese espectáculo aéreo.

Aviones con hélices, helicópteros artillados de combate y para el transporte de tropas, surcaron el cielo de Iguala ante la mirada atónita de la gente. De los escapes de las escuadrillas de aviones, surgieron columnas de humo con colores de la bandera: verde, blanco y rojo, ante exclamaciones del público. 

Tanques y tanquetas de guerra, tanto de la Sedena como de la Marina, desfilaron por la ciudad cuna de la Bandera. El desfile terminó y el gobernador Héctor Astudillo, bajó del templete para saludar a infinidad de ciudadanos y visitantes; lo mismo hacía su esposa Mercedes Calvo de Astudillo, y el resto del gabinete estatal.

El estadio Ambrosio Figueroa, fue atiborrado con más de seis mil personas, entre estudiantes, maestros, funcionarios y  público en general. En ese sitio, el presidente Peña Nieto abanderó a unas 300 escoltas de planteles educativos, junto con el gobernador Astudillo. Previamente EPN, había rendido honores e izado la gigantesca Bandera Nacional en el cerro del Tehuehue. 

Inmediatamente el mandatario nacional se trasladó en helicóptero a terrenos de la zona militar; de allí en camioneta al estadio, acompañado por todo su gabinete donde se llevó a cabo un tercer acto, en medio de un ambiente sofocante por el calor que llegó a 40 grados, provocando insolación a más de una docena de personas, en su mayoría estudiantes.

OSORIO CHONG: ¡¡ARRANCA!!... AL 2018.

Cuando el presidente Peña Nieto se retiró de Iguala, lo hizo como es su costumbre: estrechó manos a miles de personas, detrás de las vallas metálicas, con fotos, sonrisas, besitos, apapachos y muchas muestras de afecto.

Detrás de Peña Nieto, como fiel escudero, más de diez metros rezagado, el titular de Gobernación, Miguel Osorio Chong, también se despidió de la gente; saludó al público sonriente, se tomó fotos y más fotos con todos quienes se lo pedían. 

Un trabajador de la Secretaría de Salud, reconoció a éste columnista, y dijo: ¿Ya viste a Chong?... ¡Ya empezó su precampaña presidencial en Iguala, Guerrero!... ¡Aprovechó la plaza igualteca, para la carrera por la sucesión del 2018! 

Todos los vieron: Chong, en precampaña. Se durmieron Luis Videgaray (Hacienda), Aurelio Nuño (SEP) y Pepe Meade (Sedesol), quienes se quedaron sentados en cómodas sillas del templete; prefirieron no asolearse, mientras el de Gobernación les “comió el mandado”. “El que madruga, Dios lo ayuda”. 

Chong, despidió como los grandes –feliz- del estadio Ambrosio Figueroa, saludando a todos, rumbo a la sucesión del 2018. Chong, pertenece al “Grupo Hidalgo”; como en las peleas de gallos: va contra el “Grupo Atlacomulco”. La carrera presidencial, ya arrancó. 

A ver cuál caballo llega primero a la meta deseada de Los Pinos: ¿Un tricolor? ¿Un “Independiente”? ¿Un Azul? ¿El Mesiánico de Morena? O… ¿Una Yegua?... La competencia apenas empezó; falta mucho por ver y escribir esa historia sexenal… Punto. 

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