* Claus von Wobeser, presidente de la ICC México, convocó a proteger el futuro inmediato de los infantes como consecuencia de la Pandemia Covid-19
Ciudad de México, a 4 de agosto de 2020.- La International Chamber of Commerce (ICC) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), están lanzando un llamado conjunto a la acción a los sectores público y privado para ayudar a garantizar que la recuperación beneficie por igual a las familias y las economías, y nos acerque al mejor mundo, más justo, más saludable y más próspero, que todos anhelamos.
La Pandemia Covid-19 o SARS Cov2 provocó la pérdida de aproximadamente 400 millones de empleos de tiempo completo entre abril y junio, generando un impacto directo no solo en las economías, sino también en los niños: en su salud, nutrición, bienestar y educación y ambas organizaciones estiman que las consecuencias económicas podrían sumir a 86 millones de niños más a la pobreza en los hogares a finales de 2020.
Desde ICC México nos unimos al esfuerzo y hacemos un llamado para que todos, especialmente nuestro gobierno y nuestros homólogos en el sector privado, tomemos e impulsemos las 8 acciones propuestas para proteger en el futuro inmediato a este sector social vulnerable que son los infantes, quienes darán sustento a nuestra sociedad de los siguientes años, expresó Claus von Wobeser, presidente de la organización empresarial en el país.
La ICC, representante institucional de más de 45 millones de empresas a nivel global, considera, junto con el UNICEF que esta es una oportunidad para crear y reconstruir sistemas y economías que beneficien a todas las personas, incluidas las más pobres y vulnerables. Ahora, es el momento de "reconstruir mejor", poniendo la prosperidad y las oportunidades para todos, en el corazón de nuestra respuesta.
El llamado conjunto llamado "Reimaginando el mundo que necesitamos" fue firmado por Henrietta Fore, directora Ejecutiva de UNICEF y John W.H. Denton AO, secretario General de ICC Mundial.
Las acciones propuestas son:
1. Hacer que los diagnósticos, tratamientos y vacunas estén disponibles para todos, en todas partes, tras las estimaciones de que 70% de la población mundial tendrá que ser inoculada para establecer inmunidad frente a la COVID-19, porque si los países en desarrollo, los grupos pobres o marginados no tienen acceso a los recursos esenciales para combatir la propagación del virus, corremos el riesgo de que se produzcan oleadas posteriores de contagios y con esto un mayor daño a la economía.
2. Apoyar a las industrias que producen y suministran bienes y servicios esenciales, con un enfoque particular en fortalecer las cadenas de suministro y mejorar la preparación y la resiliencia ante futuras crisis. En este caso, los gobiernos pueden acelerar la respuesta sanitaria a la pandemia eliminando los aranceles y las restricciones a la exportación de todos los bienes necesarios para combatirla, incluidos los equipos de prueba, las prendas de protección (como mascarillas y guantes), termómetros, desinfectantes y productos de esterilización, jabón, productos farmacéuticos relevantes, dispositivos médicos (como escáneres y ventiladores) y equipo hospitalario en general.
3. Aumento en la aplicación de políticas y buenas prácticas que apoyan a las familias en el lugar de trabajo en el contexto de COVID-19. De acuerdo con las recomendaciones de UNICEF, la OIT y ONU Mujeres, estas disposiciones pueden incluir horarios de trabajo flexibles, paternidad pagada, guardería y apoyo para la continuación de lactancia, entre otros.
4. Abogar por la implementación de medidas de estímulo que apoyen a la economía real y entre ellas es imperativo que los sectores público y privado adopten medidas para aumentar la liquidez de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) y evitar nuevos despidos a fin de que las generadoras de empleo puedan superar esta crisis, ya que hasta antes de la pandemia generaban más del 80% del empleo.
5. Mantener el aprendizaje de los niños, reimaginar la educación y acelerar el aprendizaje digital para cada niño y en toda escuela porque la pandemia ha mostrado las profundas desigualdades que existen en cuanto al acceso a la educación, los resultados de aprendizaje y la conectividad digital. En el punto álgido de la crisis, el 91% de los estudiantes en 194 países no asistieron a la escuela como consecuencia del cierre. Más de dos tercios de los países, introdujeron una plataforma de aprendizaje a distancia en respuesta, pero entre los países de bajos ingresos, la participación fue solo del 30 por ciento.
6. Preparar a la próxima generación de empleados, empleadores y emprendedores a través del aprendizaje entre pares, la capacitación y los programas de aprendiz. En particular, COVID-19 es una oportunidad para acelerar la transición a la adopción de herramientas y operaciones digitales, donde al mismo tiempo que apoyan estos cambios, los gobiernos y las empresas deben asegurarse que los que se incorporan o reinsertan a la fuerza laboral estén preparados con suficientes habilidades y recursos para adaptarse a los cambios.
7. Reforzar y adaptar los mecanismos de defensa y protección para tratar la salud mental y la vulnerabilidad al abuso, y combatir el estigma, la xenofobia y la discriminación para los empleados y sus familias. La protección contra la degradación de la calidad de vida y la salud mental relacionada con la pérdida de trabajo, amigos o familiares es una medida esencial para permitir la productividad cuando la vida vuelve a la nueva normalidad.
8. Garantizar servicios de agua y productos de higiene y saneamiento asequibles, continuos y de alta calidad en todas partes. Existe una necesidad urgente de aumentar la higiene de las manos en hogares, escuelas, centros de salud y lugares públicos. En la actualidad, tres mil millones de personas no disponen en sus hogares de una instalación para lavarse las manos con agua y jabón.
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