Alberto Salgado Rodríguez alborotó al avispero. Un rector por accidente, de pronto fue asesorado, le vendieron una interpretación de la ley, que le permitía, no sólo poder terminar el periodo que dejó trunco Ascencio Villegas Arrizón (qepd), sino ser rector vitalicio.
El sueño de Alberto Salgado Rodríguez, un mediocre político, un brillante investigador, no lo entendió y se puede convertir en su pesadilla. Zapatero a tus zapatos.
Creyó que podía utilizar sus 15 minutos de fama, y convertirla en un sueño, donde se ungía como rector, cuestión que siempre ha sido su frustración, luego de que en tres periodos ha competido y siempre ha perdido y luego negocia, dejando a muchos de sus seguidores, colgados y de la brocha.
Cierto, es que la autonomía en la Universidad Autónoma de Guerrero, es relativa, pero a los universitarios, les gusta creérsela que es cierta y real. Aunque sólo sea una ficción.
La UAG, siempre ha sido rehén de grupos políticos de poder. Desde su nacimiento, hasta la fecha.
Los intereses de Rubén Figueroa Alcocer y los intereses de Ángel Heladio Aguirre Rivero y los grupos al interior de la Universidad Autónoma de Guerrero, han hecho crisis hoy. Y la tienen convulsionada.
Desde 1962, que Rosalío Wences Reza es rector por primera vez, la “izquierda” es quien formalmente manda en la institución educativa más grande y más importante del estado de Guerrero. El Alma Mater educativa de los guerrerenses. La Universidad Autónoma de Guerrero, pero en la práctica quiénes determinaban qué se hacía, era el gobierno estatal o federal. Créanlo o no. Desde Rubén Figueroa Figueroa, a la fecha, el gobierno del estado, decide, qué ocurre en la UAG. En el palacio de gobierno se determinaban, hasta las marchas, su duración, se apoyaba con recursos las manifestaciones, con el propósito de presentar a una institución irredenta, que permitía al gobierno estatal, presionar a la federación, para reclamar recursos financieros. Y lo anterior funcionó, siempre.
Pero eso no es aceptado por muchos universitarios, porque lo desconocen.
Pero eso es historia. Ahora sigue la lucha por los intereses de quienes ahora mandan en la UAG. Los grupos de poder externos. Apoyados por los grupos de poder internos.
Hoy, quien manipula al rector Alberto Salgado Rodríguez, es el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, vía Uriel Reyes. Y al gobernador Aguirre Rivero, quien no tiene vela en el entierro, pero si necesidad de que no haya olas en el mar violento en que se ha convertido el estado de Guerrero y el momento histórico que vive la UAG, pues tiene miedo de que se desborde la pasión y la UAG, se convierta en su enterrador.
Por eso, hasta amenazas ha lanzado contra quién supone es responsable de una posible crisis institucional: Alberto Salgado Rodríguez, cuando éste sólo es un muñeco de algunos grupos figueroístas.
Lo que sigue es que el rector, Alberto Salgado Rodríguez, quien está molesto, porque casi lo corren de la silla que le prestó un occiso, quiere presionar, para ver hasta dónde le alcanza la cuerda y si puede, quedarse un poco más. Si pierde la elección en el H. Consejo Universitario, luego de que no le alcance la compra de votos, tener un colchón necesario de votos, aceptará lanzar la convocatoria y san se acabó su sueño dorado. Ser rector, no por accidente, sino por un periodo completo. Y si gana, pues doblegará a los grupos opositores.
Lo que sigue es que habiendo candidato de unidad, en la figura de Javier Saldaña Almazán, no habrá nada que lo detenga. Pero para que eso ocurra, primero deberá ganar la votación en el Consejo Universitario de mañana (hoy). Gracias. Comentarios; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Y Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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