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2015: Figueroa-Mario Moreno se unen

La lucha por candidatura del PRI a la gubernatura de Guerrero y la presidencia municipal de Acapulco ya inició. Es visible el reagrupamiento entre Figueroa-Mario Moreno; uno quiere lograr para el imberbe tigrillo Rubén Figueroa Smutny la postulación porteña, incluso éste ya tiene su credencial de lector y reside allá. Mario Moreno está ansioso por entrarle a la revuelta; ha entendido que sólo no puede y se ha aliado con el tigre de Huitzuco para quitar del camino a Añorve y Astudillo —ambos con muy mala reputación por lo paupérrimas de sus administraciones como ex alcaldes. Hoy ya les llaman los apestados del tricolor.

Francotiradores en el PRD

Como plasmará el príncipe Nicolás Maquiavelo “En tiempos de Paz hay que pensar en la Guerra”. Eso es lo que han desatado el matrimonio Mora-Eguiluz, conocidos como los caciques de Tlalchapa; ordenados por el bonachón perverso de Víctor Aguirre Alcaide, han desatado un lucha de desprestigio en contra de su compañera del PRD; la joven talentosa Beatriz Mojica; quien se ha posicionado entre las mujeres más importantes de la palestra política guerrerense, gracias a su productivo trabajo en la Secretaría de Desarrollo Social. El objetivo es mermar sus aspiraciones en el 2015 y de paso arrebatarle el puesto que le encomendó el Ejecutivo del Estado.

Revoltura y quimeras

La relación institucional entre Aguirre Rivero y el Legislativo esperamos que dé buenos frutos y se pueda elaborar una reforma integral a la Constitución de Guerrero —la iniciativa ya fue entregada el pasado 27 de octubre— esperamos que llegue a un buen sendero, donde se quite el fuero a los gobernantes en turno y se les meta a la cárcel cuando saqueen el erario público, la creación de candidaturas ciudadanas, democratización de órganos electorales, pleno respeto a los derechos humanos, indígenas, de mujeres, personas con discapacidad y otras iniciativas que ayuden al desarrollo de Guerrero.

El fandango Guerrerense realizado el 27 de octubre cumplió las expectativas. Miles de personas acudieron a preséncialo, parecía como si fuera el tradicional pendón de Chilpancingo, la única diferencia es que no hubo mezcal durante el recorrido.