La mayoría, si no es que todos los participantes en la movilización de ayer con motivo de la matanza de estudiantes de 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco –Distrito Federal- ni siquiera nacían en aquella época. (Foto: Anwar Delgado)
Sin embargo, muchos jóvenes aprovechan esa fecha para dar rienda suelta a su vandalismo como ocurrió ayer cuando un puñado de estudiantes de diversas instituciones realizaron una marcha por las calles de Chilpancingo, para recordar la masacre de Tlatelolco.
Graffiteros, “Ni-Nis” –Ni estudian Ni Trabajan-, vagos y malvivientes, lograron infiltrarse dentro de los contingentes que participaron en la movilización callejera, pero no consiguieron perpetrar saqueos a comercios ni provocaron destrozos. Los graffiteros sólo lograron pintarrajear fachadas y muros del paseo del Huacapa.
¿EN EL 68, DÓNDE ESTABA AMLO?
Hubo un personaje de la llamada “izquierda” -Andrés Manuel López Obrador- quien aprovechó el 2 de octubre y la matanza de Tlatelolco para llevar agua a su molino, hacerla de redentor, monto guardia de honor, puso los ojos de borrego a medio morir, y pronunció un discurso en memoria de los estudiantes masacrados hace 44 años, en la capital del país.
Por aquellas fechas, el mesiánico Andrés Manuel tendría unos 20 años de edad, era un estudiante pudiente, hijo de ganaderos tabasqueños de origen español (gallegos), andaba con melena, vestido de hippie. Quienes lo conocen, afirman que era pésimo estudiante.
El Hipócrita y demagogo López Obrador, ni siquiera participó en las movilizaciones radicales del año 68, al lado de los estudiantes que más tarde caerían abatidos por las balas disparadas por la tropa y por los halcones y demás fuerzas policiacas. ¿Dónde andaba el Peje?
Al júnior Andrés Manuel, por aquellas fechas, poco y nada le importaron la muerte de cientos de estudiantes. ¿Dónde estuvo el 2 de octubre de 1968, López Obrador? Lo que ahora sí le importa a AMLO, es montarse sobre ese hecho y cualquier otro para sacarles raja política. Qué lamentable.
TIXTLA: LAS CUENTAS CLARAS.
El ex alcalde de Tixtla, Jorge Luis Campos Espíritu, se retiró por la puerta grande del palacio municipal. Durante su periodo de casi cuatro años realizó alrededor de 550 obras en el municipio que gobernó.
Campos Espíritu, entregó sus cuentas públicas a la Auditoria General del Estado (AGE) en tiempo y forma, y la comuna de Tixtla, casi no tiene deuda pública y les pagó a la mayoría de los acreedores, y los comisarios siempre recibieron el respaldo del ex alcalde.
Tixtla, fue gobernado en paz y concordia durante los últimos casi cuatro años, y el índice delictivo en esa región fue de los más bajos. Chequen los porcentajes.
Por esa razón, el Maestro y Catedrático Universitario, terminó cabalmente su función y podrá caminar con la frente en alto. No tiene enemigos, más que los gratuitos.
La entrega-recepción de la comuna tixtleca a la nueva administración perredista, fue lo más transparente y tranquila. Campos Espíritu, cumplió bien su misión de gobernar y servirle leal y fielmente a la ciudadanía de Tixtla.
MOCHITLÁN: LA BURLA AL PUEBLO.
El Contralor General Estatal, Julio César Hernández Martínez, recibió ayer al alcalde perredista de Mochitlán, Severo Espíritu Valenzo, quien le relató los actos de saqueo y rapiña que perpetró su antecesor priista, Óscar Alberto López Sánchez, quien arrasó con todo lo que pudo del palacio municipal.
López Sánchez, se llevó todo: vehículos, muebles, computadoras, impresoras, ventiladores, sillas, mesas, utensilios para aseo, papelería y hasta las escobas.
También se llevó un cheque por dos millones y medio de pesos que la Secretaría de Finanzas le había entregado para el pago de aguinaldos. La comuna de Mochitlán le adeuda importante cantidad de dinero a la CFE, por concepto de servicio de energía eléctrica. No hay luz en el palacio ni en el mercado de abastos.
Es grave el hurto que perpetró el alcalde López Sánchez, quien no dejó nada en ese ayuntamiento, de acuerdo con la denuncia que hecha ante el Contralor Estatal, Hernández Martínez.
Los actos de abuso, saqueo y rapiña que perpetró López Sánchez, fue una soberana burla a la ciudadanía de Mochitlán, de acuerdo con lo relatado por el alcalde perredista Espíritu Valenzo, a quien le heredaron una deuda pública de ocho millones de pesos. Es patético lo que ahora vive el municipio de Mochitlán… Punto…
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