Por Jesús Lépez Ochoa
A tres semanas de que el miércoles 29 de mayo concluyan las campañas electorales el
presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó en su conferencia mañanera un
recordatorio que habrá de pesar en Guerrero el próximo 2 de junio.
El presidente presumió que su nivel de aprobación a nivel nacional es de 77 por ciento,
pero en esta entidad es de 86 por ciento. Son nueve puntos arriba.
Confirma el dato a Guerrero como el estado más obradorista del país, y comenta que
puede deberse a la manera en que se atendió a los damnificados por el huracán Otis en
Acapulco.
Tal vez por eso las campañas políticas en Guerrero, sobre todo las de la oposición, están
pasando casi inadvertidas. Son como de mero trámite a ver qué espacios alcanzan.
Rumbo al Senado a Félix Salgado Macedonio y Beatriz Mojica Morga se les ve muy
cómodos y sin sobresaltos. Lo que está en la pelea es la senaduría por primera minoría
entre Manuel Añorve Baños que busca la reelección por el PRI-PRD-PAN, y Mario Moreno
Arcos, ex priísta que quiere la misma posición por Movimiento Ciudadano.
Así lo han dejado en claro las impugnaciones a la candidatura de Moreno Arcos por
acción afirmativa afromexicana, por parte de priístas.
Los dimes y diretes entre ambos candidatos y sus equipos de campaña se han llevado los
reflectores, y han desviado el foco de las de por sí muy poco interesantes campañas a los
ayuntamientos y las diputaciones locales y federales.
Ya lo decíamos en anteriores ocasiones, que ni a Claudia Sheinbaum, ni a Abelina López
Rodríguez les disputaron la plaza pública cuándo la candidata presidencial de Morena
estuvo en Acapulco por su asistencia a la Convención Bancaria e hizo un multitudinario
mitin en el zócalo porteño, donde un par de días después Abelina arrancó campaña por la
alcaldía, mientras sus adversarios se refugiaron en calles estrechas y medianos baldíos
de algunos poblados.
No han surgido personalidades fuertes que hagan pensar en que la sociedad civil se
volcará en las urnas para cambiar de gobierno como cuando Zeferino Torreblanca ganó
por primera vez la presidencia municipal de Acapulco para un partido opositor al PRI, o
cuando Ángel Aguirre dejó el PRI y arrasó en urnas por el PRD ganando la gobernatura.
No hay un fenómeno que lleve a pensar que pueda haber sorpresas. Y esto está muy
aburrido, políticamente hablando.
A ver, en el caso de Acapulco no hay contraste de propuestas, solo verborrea, golpeteo
sin consistencia de parte de quienes a lo lejos compiten con Abelina López, a los que no
se les cree la crítica porque hace unas semanas eran precandidatos de Morena, y
obviamente si hubieran logrado la candidatura seguramente no serían tan críticos con su
gobierno.
Pero que además han emprendido una guerrita de adhesiones sin chiste, en la que a ella
se suman 21 organizaciones sociales, y a Yoshio Ávila un ex funcionario que duró unas
semanas como secretario de Finanzas, durante las cuales no hizo nada relevante que se
le pudiera reconocer. Es ridícula la diferencia, y se exhibe la desesperación por aparentar
que hay canicas de las grandotas, cuando en realidad son de las chiquitas.
En fin. Si esta no es una elección de trámite, sí se le parece mucho. Dicen que si camina
como pato, y grazna como pato, no hay duda. Es un pato.
Hay 679 invitados y ningún miembro en línea