Jueves 12 de enero de 2012.- A un mes de los hechos lamentables del 12 de diciembre en la Autopista, a la salida de Chilpancingo, de acuerdo a lo vivido y observado, para desactivar las movilizaciones, toma de estaciones de radio y otras acciones de los jóvenes de Ayotzinapa, es importante:
PRIMERO, acatar y cumplir con prontitud el informe preliminar y agilizar la investigación final de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; y a su vez se turnen a las Procuradurías General de la República y del Estado, las evidencias recopiladas para el deslinde de responsabilidades y cumplir con lo que establece la Constitución Federal: “Hacer justicia pronta y expedita”. Porque de lo contrario, se va a caer en lo que decía Platón “Sólo hay algo peor que la injusticia, la justicia simulada”.
Al dar cumplimiento a este ordenamiento constitucional, se pasa de inmediato a otro aspecto fundamental de la política y del ejercicio de gobernar que consiste en: Retomar el diálogo y buscar la reconciliación, en donde LA PALABRA DEBE SERVIR PARA ACERCAR, para entendernos y que favorezca al acuerdo. NO PARA OFENDER, NI PARA DESCALIFICAR.
RETOMAR EL DIÁLOGO Y BUSCAR LA RECONCILIACIÓN es lo más saludable. Es un proceso de madurez de las partes, de volver a acordar los ánimos desunidos, se superan diferencias y se hacen a un lado la beligerancia verbal. De esa manera se restauran las relaciones afectivas. En resumen, se aprende a vivir como antes.
El diálogo y la reconciliación, son dos aspectos fundamentales para la convivencia de los guerrerenses. ¡Hay que intentarlo! Es cuestión de voluntad política.
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