Congreso del Estado reinstalará a Marco Leyva en la alcaldía; después, ¿qué sigue?
El Congreso el Estado, que dirigen los diputados Héctor Vicario Castrejón y Elva Ramírez Venancio, como presidente de la Junta de Coordinación Política y presidenta de la mesa directiva, respectivamente, deben reinstalar a Marco Antonio Leyva Mena, como presidente municipal de Chilpancingo, a más tardar este viernes 1 de junio, después de procesar la orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ante el pleno de la legislatura actual.
El Legislativo estatal está obligado a cumplir con esa orden del Tribunal federal, luego de que Leyva Mena recurriera a inconformarse con la decisión el Congreso que anteriormente le negó la reinstalación, por considerar que no era lo más conveniente para la buena marcha de la administración de la capital del estado.
Sin embargo, una cosa es lo que dicta la ley en cuestión de los derechos de los funcionarios electos en las urnas y otra las consideraciones que pueden hacer los diputados sobre el buen o mal desempeño de los funcionarios, a los que puede someter, por eso, a juicio político o revocación de mandato.
Mientras, es muy posible que se arme una protesta pública en contra de la reinstalación, que sea dirigida por los grupos que le son contrarios y hasta por algunos actores políticos y hasta diputados que están en contra de que se le permita trabajar nuevamente al frente de la alcaldía.
El problema es que si se promueven esas manifestaciones en contrario, el daño mayor será para la capital del estado, para sus habitantes, para la prestación de los servicios y hasta para el pago de los sueldos de sus más de 3 mil trabajadores.
Un buena decisión podría ser dejar que regrese a trabajar en paz, ya que no son más de tres meses y medio los que estará en el cargo recuperado, decisión que podría ser benéfica hasta para los candidatos del PRI a la alcaldía y las diputaciones locales y la federal, más la parte que le toca de las senadurías.
Pero, en fin, los intereses políticos y hasta personales son fuertes y pueden impedir que este conflicto termine en paz.
DEBERÁ “ARREGLAR” EL BOQUETE FINANCIERO, PLANTEA EL GOBERNADOR ASTUDILLO.
Un vez que Marco Antonio Leyva Mena sea reinstalado en la presidencia municipal por los diputados de la actual legislatura, deberá revisar el estado en que le entregan la administración y la tesorería municipal, que hasta ahora se sabe que pagó a tiempo la quincena actual, de fines del mes de mayo, porque la siguiente ya le corresponderá a él cubrirla, si es que hay con qué hacerlo.
Debe recibir los recursos que le corresponden al municipio, tanto los federales como los estatales, todos provenientes de la Secretaría de Finanzas del gobierno estatal, y sólo le restaría cubrir los gastos e inversiones de los meses de junio, julio, agosto y la mitad de septiembre, ya que es en esa fechas cuando deberá entregar el cargo a quien resulte electo en la jornada comicial del 1 de julio.
El mandatario estatal hizo ver que en los meses recientes aportó 65 millones de pesos para sufragar los gastos del ayuntamiento, para tapar lo que se ha señalado como “el quebranto financiero en el ayuntamiento”.
El alcalde, una vez repuesto en la silla edilicia deberá responder a los señalamientos que se le han hecho en ese sentido y demostrar, hasta donde le sea posible, que en su gestión hizo un uso correcto de los recursos públicos.
Lo que es innegable es que el gobernador Astudillo siempre ha estado al pendiente del municipio, al que gobernó hasta en tres ocasiones, además de que por ser su tierra natal le tiene un aprecio muy especial y siempre ha buscado la manera de llevarlo adelante, de ayudarlo en la solución de los problemas, aunque a veces no esté muy conforme con la forma en que el alcalde se conduce o por su forma de trabajar.
Por lo pronto es seguro que a Leyva Mena se le reabra el juicio de revocación del mandato que se había planteado antes de meter su solicitud de licencia, aunque esa cuestión lleva un trámite que no es inmediato, sino que requiere cubrir una serie de etapas, de uno y otro lado, hasta llegar a la sentencia definitiva que emitirá el Legislativo estatal.
Sin embargo, habría que ver si la decisión que tomen en ese sentido también puede ser impugnada ante el mismo Tribunal Electoral Federal, aunque el trienio municipal concluye en tres meses y medio más, de modo que puede no dar tiempo para hacer todo eso, aunque el diferendo legal puede continuar hasta llegar a una sentencia definitiva, aunque sea fuera del tiempo político.
“LAS ENCUESTAS ELECTORALES SIRVEN PARA TODO MENOS PARA PRONOSTICAR AL GANADOR”. MITOFSKY.
El más conocido de los encuestadores políticos, Roy Campos, que dirige la empresa Mitofsky, la más popular también de ese tipo de medidores de la opinión pública, planteó en reciente entrevista con un medio de comunicación que no es conveniente “casarse” con una encuesta, porque los resultados no son los mismos de lo que surgen el día de la votación.
Insistió que “las encuestas electorales sirven para todo menos para pronosticar al ganador”, pero pueden servir para la toma de decisiones del electorado o para que los candidatos diseñen sus estrategias de campaña.
Esta afirmación puede caer como un balde de agua fría, congelada, en las calenturientas cabezas de quienes ya dan como triunfador al Peje López Obrador y al propio candidato, que ya se siente montado en la silla presidencial.
Esta declaración de Mitofsky permite explicar las derrotas de quienes, por las encuestas creían que ya habían ganado, como ocurrió recientemente en el Estado de México y antes en las presidenciales de 2012 y 2006.
Así, pues, nadie ha ganado nada hasta este momento, y el triunfador se conocerá hasta que se cuenten los votos del 1 de julio, dentro de un mes, exactamente.
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