Para que nadie se confunda: El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), NUNCA pidió que el Congreso Local reinstale al alcalde Marco Antonio Leyva (MAL), sino que el Poder Legislativo resuelva ese conflicto en territorio guerrerense. Así de claro.
Políticamente, no es conveniente el retorno a la alcaldía de Chilpancingo del munícipe con licencia –definitiva, así la interpuso ante el Congreso Local- Marco Antonio Leyva (MAL). Su presencia en la capital del estado es non grata. La mayoría de la ciudadanía repudia al arrogante y fantoche ex alcalde priista.
Más allá de recursos legaloides y de la supuesta sentencia que emitió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), el posible retorno de MAL a la alcaldía propiciaría la movilización radical de muchos sectores que se oponen a dicha reinstalación, si esta llegase a concretarse.
La Auditoria Superior del Estado (ASE) tiene suficientes pruebas sobre desvíos, malversación y hasta robo de documentos que MAL perpetró durante su gestión como alcalde de Chilpancingo, cuyo monto supera los 110 millones de pesos. Se configura el delito de peculado, entre otros delitos, perpetrados por MAL, quien podría ser sujeto a proceso penal e ir a prisión.
Sin embargo, el defenestrado ex alcalde MAL, aconsejado por su padrino político el político zedillista Marco Bucio –más otros enemigos embozados del gobernador Astudillo-, sospechosamente acuden a instancias federales para demandar su reinstalación, en la víspera del proceso comicial. ¿Qué pretenden?
Lo que no quiere entender el ex alcalde MAL, es que su carrera política ya está terminada; y concluyó pésimamente: Se llevó 110 millones de pesos de las arcas de la Tesorería Municipal con la complicidad de su ex Secretario de Finanzas Héctor Avilés García, entre otros pillos. Al ex alcalde MAL, ningún partido político lo quiere ni regalado.
Tanto MAL como Avilés, ahora arrastran el estigma de ladrones junto con demás integrantes del gabinete municipal. La gente los ve como viles delincuentes. Se imaginan, si todo el gabinete de MAL retorna a la comuna municipal… ¡El acabose!
Y en el terreno político, de cara al proceso electoral, la presencia del soberbio ex alcalde MAL en el escenario de la capital estatal no solo dañaría al partido que dice pertenecer, el PRI, sino que contaminarían a todos los candidatos tricolores. Ciertos candidatos ya arrastran mala fama; en las urnas verán su triste realidad.
Lo que hoy vemos, más que campañas políticas presidenciales -de altura y con buenas propuestas- son verdaderas guerras sucias a través de las redes sociales;
Ataques de lodo y estiércol -desde los cuartos de guerra- vemos entre los “tres grandes”: AMLO, Meade y Anaya, de Morena, PRI y PAN. Se dan con todo para desgastarse. Decenas de millones de pesos pagan a despachos de consultorías políticas -nacionales y extranjeras- para emprender las guerras sucias.
Se acusan de todo: Corruptos, asesinos, vende patrias, sinvergüenzas, cínicos, estafadores, traidores, narcotraficantes, demagogos, parricidas, represores, genocidas, saqueadores, estafadores, mafiosos, bandidos. Todo un circo a través de las redes sociales, es lo que vemos todos los días… Punto. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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