CUANACAXTITLÁN, comunidad del municipio de San Luis Acatlán, Gro.- Balean a voceadores del periódico El Faro de la Costa Chica, Hipólito y Miguel Mariche Santiago, de 23 y 21 años de edad, respectivamente, fueron atacados a balazos cuando distribuían noticias relacionadas con la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
La nota que al parecer causo el enojo de quienes agredieron a balazos a los voceadores, era una relativa del testimonio de un ex presidiario que compró a la CRAC su libertad en 25 mil pesos, haciendo directamente la negociación con el coordinador Pablo Guzmán, y otra relacionada con una petición que los coordinadores de la CRAC hicieron al Ayuntamiento de San Luis Acatlán par que les aumentaran el subsidio neto de 60 mil a 100 mil pesos (les dan además 10 mil pesos para gasolina y el municipio absorbe el pago de la secretaria y un chofer), petición que fue rechazada de entrada por los miembros del Cabildo sanluisteco, según testimonio de la regidora de Desarrollo Rural Abadeth Zurita Gijón.
Cuanacaxtitlán es también la población sede de la Cooperativa Chindé Etanyo, de la cual se ha estado descubriendo y publicando una extensa de red de corrupción y fraude a los socios. Este caso, cabe recordar, ya está en manos de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, cuyos coordinadores y comandantes, sin embargo, solamente han detenido a tres de las implicadas, no obstante que hay señalamientos precisos y evidencias que involucran, además de otros empleados, a la gerenta general Verónica Ramos y al presidente del Consejo de Administración, Pedro Niceno Rufino Francisco, un profesor radicado precisamente en Cuanacaxtitlán.
Los hechos
En el ataque resultó herido Hipólito Mariche Santiago, vecino de la Colonia 18 de Octubre de Marquelia, quien vive de la venta del periódico El Faro y se acompaña con su hermano Miguel, de los mismos apellidos. Ambos tienen asignada la ruta San Luis Acatlán-Malinaltepec, cubriendo la zona a través de un equipo de voceo en colonias, pueblos y comunidades.
Este día de la agresión Miguel iba al volante y estaban voceando el Faro en una de las calles de Cuanacaxtitlán, por el rumbo de la Escuela Primaria. Era la parte final de su ruta, siendo alrededor de las 5:00 de la tarde. Mientras le despachaba a una niña, dice Miguel, un individuo cuya identidad él ignora, se acercó al auto y le dijo a Hipólito “se los va a llevar la verga”.
De inmediato sacó de entre sus ropas una pistola, afortunadamente Miguel reaccionó y aceleró el auto Tsuru que tienen asignado, pero el sujeto disparó en tres ocasiones. Una de las balas traspasó el medallón del vehículo, además el asiento del copiloto y penetró en la espalda de Hipólito Mariche Santiago, a la altura de las costillas. Las otras dos balas se impactaron en la cajuela.
“De momento no nos dimos cuenta que mi hermano venía herido, pero luego él me dijo “me chingaron”, y fue cando vi el medallón estrellado por el impacto de la bala”, explicó.
Miguel aceleró aún más y salió del pueblo a toda velocidad, para trasladar a su hermano al Hospital Básico Comunitario de San Luis Acatlán.
Ahí se determinó que la bala no tuvo salida, por lo cual la vida de Hipólito estaba en peligro si no se le intervenía quirúrgicamente de inmediato, para evitar una hemorragia interna. Una vez estabilizado, fue trasladado al Hospital Regional de Ometepec, pero debido a que esta unidad hospitalaria está cerrada y tomada por empleados inconformes, fue remitido al nuevo Centro de Salud, donde un cirujano le extraería la bala.
Entre tanto, Miguel Mariche dio parte a los directivos del Faro de la Costa Chica y en el caso se involucraron diversas autoridades, unas en el auxilio y otras en la búsqueda del que atentó contra los vendedores del Faro de la Costa Chica. También se le dio parte de estos hechos a algunos de los consejeros de la CRAC que comulgan con la idea de que ese organismo y la Policía Comunitaria deben abrirse a la sociedad, pues ya no son objeto de persecución oficial y, por el contrario, el sistema comunitario de justicia está lo suficientemente arraigado e institucionalizado, que mantienen incluso coordinación con autoridades de todos los niveles: sean MPs, Ejército, Ayuntamientos, Gobierno del Estado y Gobierno Federal.
Cabe destacar la participación humana y solidaria del doctor Abdías Acevedo Dircio, regidor de Salud en San Luis Acatlán, quien se hizo cargo de que Hipólito Mariche fuera atendido con oportunidad, y lo acompañó en su traslado a Ometepec.
Claro atentado
Como quedó expuesto, lo que los hermanos Mariche Santiago, vendedor del Faro de la Costa Chica, sufrieron un atentado y el agresor es un conocido gatillero.
Vecinos de esa población que fueron testigos de los hechos, sostienen que el gatillero es Silvano González Rufino, un conocido matón a sueldo de esa comunidad, y sobrino del presidente del consejo de administración de la Cooperativa Chindé Etanyo, Pedro Niceno Rufino Francisco.
Este sujeto, expusieron los habitantes, ya en otras ocasiones ha atacado a otras personas, pues a eso se dedica.
Nunca antes El Faro de la Costa Chica había sido agredido. En nuestras páginas, a lo largo de 6 años en circulación en esta región, se han ventilado asuntos más graves aún que los relacionados con la CRAC, temas que tratan de hechos de corrupción de alcaldes, de jefes policiacos; asuntos que involucran a reconocidos criminales, y nunca antes nadie había agredido ni a reporteros ni a vendedores.
Aún en el caso de la CRAC, este medio había mantenido con ese organismo una relación de entendimiento, tolerancia y respeto mutuo, hasta la llegada de los actuales coordinadores, sobre todo de Pablo Guzmán, quien no solamente ha atacado a la reportera Rubicela Prudente, amenazándola con encarcelarla, si no que públicamente ha difundido mensajes en los que acusa a este medio de estar enderezando una campaña de desprestigio en contra de la CRAC, pues han llegado a confundirse ellos mismos con este vasto organismo de organización social y justicia, noble por demás en sus propósitos y fines y al cual han estado carcomiendo con actos que vulneran los derechos humanos de los ciudadanos.
Es hasta ahora que los ciudadanos sometidos al sistema comunitario de justicia han recurrido al este medio de comunicación para ventilar asuntos que les agravian, que se da este atentado contra vendedores del Faro de la Costa Chica.
Directivos, reporteros, colaboradores y voceadores del Faro de la Costa Chica repudiamos este atentado contra uno de nuestros compañeros de trabajo, y responsabilizamos de ello a Pedro Niceno Rufino Francisco, presidente del Consejo de Administración de Chindé Etanyo; a Verónica Ramos, gerenta general de Chindé Etanyo, ambos con arraigo domiciliario dictado por la asamblea regional de la CRAC; a Pablo Guzmán y su asesor Valentín Hernández Chapa, y demás coordinadores de la CRAC y comandantes de la Policía Comunitaria, quienes han encabezado un campaña de desprestigio en contra de este medio a través de la Radio Comunitaria, haciendo incluso llamados a la población para que repudien al Faro de la Costa Chica, pues es un medio, dicen, “mercantilista” cuyo propósito es destruir a la CRAC; han actuado también a través de las redes de organizaciones no gubernamentales del país, enviando correos solicitando apoyo para “investigar al medio de desinformación El Faro de la Costa Chica”.
Tal vez uno de los temas que más ha desprestigiado a la CRAC es el caso de la violación de la indígena Virginia Alejandrino Hipólita, vecina de Yoloxochitl, quien fue apresada por la CRAC durante 9 meses, sin haber cometido delito alguno, violada y embarazada por un comandante identificado como “Mateo”, de la casa de justicia de Espino Blanco, destruida su familia y luego abandonada a su suerte con una hija en el vientre que regaló a unos profesores.
Este caso, narrado de viva voz de la agraviada, es una de las mayores afrentas de la CRAC y de los organismos que la sustentan, como el Centro de Derechos Humanos de Tlachinollan. Y será hasta que se haga justicia que se dejará de insistir en el asunto.
Los directivos del Faro
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