Acapulco, Gro.- La Fiebre Aftosa humana es una infección viral frecuente mejor conocida como la Enfermedad de mano, pie y boca que causa ampollas rojas y dolorosas en boca, garganta, manos, pies y área del pañal, padres de familia refieren que sus hijos se contagiaron luego de llevarlos a sus respectivas guarderías o escuelas de preescolar ubicadas en la unidad habitacional de la Colosio.
Y es que esta enfermedad es sumamente contagiosa y se extiende fácilmente a través del contacto con manos no lavadas, heces, saliva, mocos o el líquido de las ampollas. Los niños de menos de 5 años de edad se exponen más a esta enfermedad, frecuente en guarderías, centros de preescolar y otros lugares donde los niños comparten espacios reducidos.
Aparte de las ampollas, los niños suelen tener fiebre durante unos pocos días y se pueden deshidratar porque les duele al tragar líquidos. Los síntomas suelen remitir en una semana y los niños se recuperan por completo.
No hay cura ni vacunas preventivas para esta enfermedad, pero el médico puede recomendar un tratamiento en casa para que su hijo se sienta más cómodo durante el período de recuperación.
Por lo que desde este espacio lanzan un llamado a las autoridades de Salud de los tres niveles de gobierno para que se realicen campañas de prevención, especialmente en las guarderías y escuelas de preescolar del mencionado fraccionamiento, pues los casos de niños infectados por esta enfermedad están siendo cada vez más recurrentes.
Signos y síntomas
Las ampollas son de color rojo con una pequeña burbuja de líquido en la parte superior. Se suelen pelar, dejando una úlcera o llaga, es decir, una pupa de base rojiza. Las plantas de los pies y las palmas de las manos pueden presentar una erupción que consta de granos rojos y planos o de ampollas rojas.
En algunas ocasiones, aparece una erupción de color rosa en otras partes del cuerpo, como las nalgas y los muslos. De todos modos, algunos niños no tendrán ningún problema, salvo llagas o úlceras en la parte posterior de la garganta.
Puede ser difícil que un padre sepa que un niño (sobre todo si se trata de un niño muy pequeño) tiene la enfermedad de mano, pie y boca si solo desarrolla úlceras dentro de la boca o de la garganta. Los niños muy pequeños no suelen saber comunicar que les duele la garganta, pero, si un niño deja de comer o de beber o empieza a beber con menos frecuencia de la habitual, será un indicador de que algo va mal.
Un niño con la enfermedad de mano, boca, pie también es posible que: tenga fiebre, dolores musculares u otros síntomas gripales, se vuelva irritable o duerma más de lo habitual, empiece a babear (porque cuesta y le duele tragar), que solo quiera beber líquidos frescos o fríos.
¿Cómo se trata?
Si su hijo está irritable o muy molesto, le puede administrar paracetamol o ibuprofeno. No se dé nunca aspirina (o cualquier medicamento que contenga ácido acetilsalicílico) a niños o adolescentes, pues esta medicación les pueden provocar una enfermedad muy poco frecuente pero grave llamada síndrome de Reye.
Los alimentos fríos, como los helados, los polos y los batidos, también pueden ayudar a adormecer las zonas doloridas, y serán muy bien recibidos por aquellos niños que tengan dificultades para tragar (¡y también por los que no las tengan!) Evite las bebidas calientes, los refrescos y las bebidas ácidas (zumo de cítricos, salsa de tomate, etc.) porque pueden empeorar el dolor.
Los niños que tengan ampollas en manos y/o pies deben mantener estas áreas bien limpias y descubiertas. También se deberían lavar las manos con agua tibia y jabón y secarlas con cuidado. Si se les reventó una ampolla, se debería aplicar sobre ella un poco de pomada antibiótica para impedir que se infecte y cubrirla después con un vendaje de tamaño reducido.
Asegúrese de que su hijo beba abundante líquido para mantenerse bien hidratado. Llame al médico si su hijo sigue estando muy irritable, no hay forma de tranquilizarlo, está sin ganas de hacer nada o parece estar empeorando. También lo debería llamar si su hijo presenta signos de deshidratación, como boca seca o pegajosa, ojos hundidos y/o reducción de la cantidad de orina.
Cómo prevenir el contagio
Para prevenir el contagio de esta enfermedad, haga que su hijo se quede en casa, sin asistir a la escuela o a la guardería mientras tenga fiebre o ampollas abiertas en la piel o en la boca.
Lavarse las manos a conciencia es la mejor protección. Recuerde a todos los miembros de su familia que se laven bien las manos y que lo hagan frecuentemente, sobre todo después de utilizar el baño o de cambiarle los pañales a un bebé y también antes de preparar la comida y/o de comérsela.
Los juguetes que se comparten en guarderías y centros de preescolar se deberían limpiar a menudo con desinfectante porque hay muchos virus que pueden vivir en esos objetos durante varios días seguidos.
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