Sorpresiva fue la llovizna del miércoles. El Servicio Meteorológico Nacional había pronosticado que en diciembre, enero y febrero las lluvias serían menores a las de años anteriores, aunque al momento de escribir estas líneas no se ha desatado un aguacero, el clima costeño se ha mantenido húmedo y fresco con eventuales goteos.
Dicen que la lluvia significa abundancia y eso es lo que deseo a todos los lectores una vez que Médula regresa de vacaciones. Cuando hablamos de abundancia sabemos qué es ésta, porque Guerrero es un estado que la tiene en recursos naturales, con 500 kilómetros de litoral y todos los climas presentes en su orografía. Únicamente nos falta la abundancia de ganas, de ingenio, y de autoridades que sepan sacar al estado adelante.
Presupuestalmente, Guerrero tendrá este año mil 290.3 millones de pesos del Fondo Regional del Ramo 23 para “Provisiones salariales y económicas” cuyas partidas pueden cambiar, aparecer o desaparecer de un año a otro, lo que le permitirá compensar el recorte en participaciones federales del Ramo 28 por devolución de impuestos como el ISR que el año pasado no enteró a la federación misma que terminó condonando al gobierno de Ángel Aguirre ese adeudo.
Abundancia de buenas decisiones le deseo, y también un corazón agradecido, pues veremos si este año el discurso del huésped de Casa Guerrero cambia o sigue empecinado en el innecesario reparto de culpas al gobierno federal, mismo que desde el sexenio pasado no ha dejado de apoyarlo pese a sus problemas para administrar eficazmente el recurso y que ha evidenciado recientemente su amigo y colaborador Igor Petit en facebook, indignado por la retención salarial a los trabajadores del gobierno del estado.
Abundancia de dinero les deseo a ellos, los que menos ganan y más necesitan. Abundancia de corazón les deseo a los insensibles administradores que habiendo cobrado sus jugosas quincenas se olvidan de las familias a las que dejan sin sustento, y aún más, las que tuvieron unas tristes fiestas decembrinas y cuyos hijos no sabrán de un juguete para ellos el próximo 6 de enero gracias a esa abominación llamada burocracia rapaz.
Cuando llueve en enero es señal de abundancia, como la que Acapulco tuvo de turistas que abarrotaron sus playas y sus hoteles, disfrutando la pirotecnia con la que este paraíso recibió al 2013. Abundancia de sensatez la que por primera vez veo en las autoridades locales que decidieron usar los medallones de los taxis para agradecer a los visitantes su preferencia, y no para adjudicar al alcalde en turno cosas que ni hizo, como en el trienio pasado cuando en el Palacio de Papagayo reinó la escasez de humildad.
Abundancia de paz, amor, salud y prosperidad les deseo a todos quienes hacen el favor de leerme y a quienes me abren las páginas de sus diarios, revistas y páginas de Internet en las siete regiones del estado de Guerrero. ¡Un abrazo y mucho éxito!
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