Lo sucedido el jueves, en que el Gobernador Angel Aguirre Rivero conviviría con periodistas en un prestigiado lugar de la Costera Alemán para compartir el pan y la sal, además de limar algunas asperezas dejó no muy contentos a los periodistas pese a la generosa rifa de muy útiles obsequios y Pedro Julio Valdez Vilchis tuvo que aguantar vara…
En realidad enfrentarse de sopetón a más de doscientos comunicadores sedientos de estrechar su mano hubiera estado grave tal vez…pero en fin, así es la vida de caprichosa
Por supuesto que nos dio gusto que el Presidente Enrique Peña Nieto comenzara aclarando el miércoles pasado que su amistad personal con el Gobernador de Guerrero no es de ahorita; las filiaciones políticas son muy aparte y ambos como funcionarios están para servirle a todos los mexicanos y a todos los guerrerenses, sin distingos de ninguna clase
El entrelíneas de lo dicho por Peña Nieto en Chihuahua y en Guerrero es para analizarse y leerse dos veces por lo menos: no quiere adulaciones sino críticas duras pero constructivas, quienes más oportunidad tienen de hacerlas no sólo son los políticos de oposición que por modus vivendi y sistema a veces están en contra de todo y a favor de nada, sino quienes ejercemos el periodismo en cualquiera de sus géneros y maneras, como empleados de casas editoriales con insuficientes salarios y prestaciones, o como free lance retribuidos por nota o humildes colaboradores por amor al arte y pasión por el oficio, pero todos con los mismos riesgos que en estos y todos los tiempos implica sostener verdades con firmeza entera y no quedarse callados
Nunca ha perdido vigencia la premisa del ilustre Senador, Médico y Periodista chiapaneco Don Belisario Domínguez Palencia: señalar errores de la autoridad y reconocer aciertos cuando los hay, dando la cara sin pseudónimos ni anonimatos cobardes
Pero qué difícil se vuelve la cuestión cuando se atraviesan en el camino servidores públicos que no entienden esa filosofía y, tal vez tan sólo por torpeza o negligencia le juegan las contras a sus jefazos, enturbiando y entorpeciendo la buena relación transparente entre medios y gobernantes, provocando malos entendidos que calientan los ánimos y enfrían las amistades; desconocen que a los aliados no se les debe golpear.
Aquel Angel Aguirre Rivero al que muchos pudimos tratar desde años antes que soñara siquiera con llegar a ser gobernador antes de tiempo en marzo de 1996, supo fortalecer simpatías y gratitudes a través del trato amable y constante con pueblo y periodistas
Por eso a todos los sectores guerrerenses les dio mucho gusto cuando en octubre del 2010 se vio precisado a tomar una difícil decisión dejando atrás treinta años de militancia tricolor, para ser candidateado por una coalición de otros partidos, cumpliendo así el anhelo mayoritario del pueblo para que nos gobernara de nueva cuenta, pero ahora por elección popular…
¿Cuántos de los que cobraron por trabajar en su obstaculizada campaña estaban enredados en la ambición de sus rivales jugándole las contras desde adentro?, ¿cuántos siguen inmersos en esa insana obsesión de boicotear los esfuerzos de Angel Aguirre fabricándole problemas desde las entrañas de su administración?
Cuando como periodistas nos atrevemos a exhibirlos las reacciones y discriminaciones no se hacen esperar; nos ponen tache y se las ingenian para que no podamos estar cerca del amigo y hablarle en cortito; se las ingeniaron para encerrarlo y mantenerlo aislado en una burbuja blindada, cuestión que nos ha lastimado a muchos
En fin, hay que aprovechar que el Gobernador Aguirre por fin buscó un acercamiento con sus aliados de la prensa local y pongámonos de acuerdo para seguir adelante con bríos renovados. Si algunos de sus subordinados no leen las críticas constructivas o ni oyeron la directriz que marcó el nuevo Presidente de México lo sentimos por ellos, que solitos habrán de reventar pues no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo aguante…
Si todos les hiciéramos el juego de callar las cosas malas que por desgracia suceden en el entorno violento que nos dejaron dos fallidas administraciones blanquiazules, estaríamos traicionando nuestra misión periodística; preferible entonces correr el riesgo de que se enojen los de arriba o nos mal informen con ellos a prestarnos al engaño desleal
Muchos logramos sobrevivir a un caprichoso tirano que odiaba a la prensa y nos quiso desaparecer del mapa, matándonos aunque sea de hambre obligando al cierre de innumerables publicaciones modestas, pero vino la magia cibernética y nacieron publicaciones digitales, que van ganando terreno en un entorno donde cada día menos gente compra información impresa, llámense periódicos, revistas o libros y se conforman con la radio y la televisión olvidándose del privilegio de leer…
Lo bueno fue que regresó al mando estatal Angel Aguirre con un enfoque diferente y humanista, respetuoso de los medios; pero como que no lo han dejado ser tan amigable como antes fue los que confunden sus obligaciones de empleados, erigiéndose en aristócratas de la burocracia, arrogantes y prepotentes, traicionando la buena voluntad de su jefazo
Hubiera sido un gusto poder volver a mirar de cerca a nuestro Gobernador sin ser agredidos, pero otras actividades en el Asta Bandera y Caleta con Luis Walton se lo impidieron; ojalá se reabra el camino de la cercanía coloquial, frecuente y sencilla, para que aunque existan críticas duras se le propongan soluciones y sean escuchadas, leídas y atendidas.
¿Ya no le importamos acaso los periodistas?...como respetuosa sugerencia para Pedro Julio Valdez Vilchis, convendría que se hiciera un tiempo en su apretada agenda el Gobernador y tomarse aunque sea un cafecito con los comunicadores pero no en manada multitudinaria, sino repartidos por los géneros que cubren para que no se trate de un monólogo sino del necesario diálogo…
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