LECTURA POLÍTICA
Lo que el PRI estaría jugando para la elección del 2012 se traduce en lo evidente: la posibilidad real de perder por primera vez en su historia, su principal bastión electoral: la zona centro. De hecho, en las dos últimas elecciones de gobernador –la del 2005 y 2011-, los tricolores han sufrido sendas derrotas en los distritos locales 1 y 15. Pero la oposición perredista no ha logrado cercenarle ninguna de las otras cuatro: las dos diputaciones locales, la federal y la presidencia municipal.
Sin embargo, los priístas enfrentan en la actual coyuntura, el riesgo latente de perder la mitad de ellas. Si no es que todas. Habría que pulsar la radiografía.