AUTOCENSURA, MECANISMO DE SOBREVIVENCIA: GERARDO ALBARRÁN DE ALBA

Categoría: El País
Escrito por Rogelio Hernández

Foto: J. R. Mora

*Redes entre periodistas, fundamentales

*Romper el círculo vicioso medios de comunicación-periodistas-sociedad

Denisse Brauer

Unión de Periodistas. Ciudad de México, junio. Para el periodista, experto en el tema de la defensoría de la audiencia, la autocensura es un mecanismo de sobrevivencia ante los ataques, falta de seguridad, impunidad, la presión y la indefensión en la que se hallan muchos periodistas y medios de comunicación.

Albarrán de Alba considera que con la autocensura se genera la sordera de la sociedad, es decir, “una sociedad que se queda sin ojos, sin oídos y sin voz”, porque hay mucha información que los periodistas deberían estar proporcionando.

Dijo que una consecuencia de la autocensura son las innumerables zonas de silencio en el territorio nacional, y recordó que “todo se inició en Tamaulipas hace más de 10 años donde comenzó el asesinato de periodistas y la presión hacia los medios de comunicación, a ambos de manera sistemática”.

Este fenómeno fue moviéndose, “ocurre lo mismo en Baja California con los ataques a Zeta, y después en Veracruz y Guerrero, que son de los estados más golpeados actualmente”, aunque en varios estados priva que no se documenta la violencia que ahí ocurre y pasa inadvertida porque la información no llega al centro del país, “estados como Durango, Sinaloa, y otros que están en el triángulo de la droga viven esta situación y trabajar ahí no es nada fácil para los periodistas.

“Las zonas del silencio en el país se van esparciendo sin que desde el centro del país y sin que los periódicos de la Ciudad de México lo registren y lo cubran; ello implica el riesgo para los periodistas locales, que ni siquiera cuentan con el apoyo de la supuesta gran prensa del país.”

En este sentido, dijo, las redes entre periodistas son fundamentales porque constituyen un mecanismo de protección colectiva y de alianza, de recursos y talentos periodísticos para producir investigaciones. “Son el germen de algo que necesitamos y hemos necesitado históricamente, ese espíritu de gremio que nos permita trabajar de manera unificada por algunas reivindicaciones básicas para todos, como es la seguridad”.

El también autor del libro La muerte del Cardenal, considera que para revertir esta situación “se puede hacer mucho, pero no es tarea para un solo actor”, sino desde diversos frentes: uno es el de los periodistas, que deben asumir plenamente su responsabilidad elevando al máximo sus estándares éticos y su rigor profesional. “Tienen que ser ferozmente profesionales y rigurosos en las coberturas periodísticas porque ese es el primer mecanismo de autoprotección para los periodistas”.

Otro frente, dijo, es el de los medios de comunicación, que deben romper el círculo vicioso de dependencia de recursos públicos que lleva a los dueños a una posición muy fácil de dejar pasar y dejar de hacer y que también pone en riesgo a los periodistas.

Fue ahí cuando recordó que hace 50 años los periódicos completaban su nómina con las comisiones de publicidad y los chayos que daban en las oficinas públicas, “hoy en día, los dueños de los medios de comunicación dejan de hacer cobertura y de respaldar a sus reporteros, porque no tienen ninguna necesidad de arriesgar su negocio -que es con el gobierno-, poniendo a los reporteros a hacer periodismo en la calle o cubriendo al crimen organizado”.

Otro frente más, no menos importante, es el de la sociedad, la cual debe entender que cada vez que atacan o matan a un periodista o a un medio de comunicación, le están quitando un pedazo de sí misma y la están condenando a estadios de inseguridad, indefensión y de vulnerabilidad como sociedad misma, “tal como lo hemos visto ya en muchas ciudades del país que están prácticamente en manos del crimen organizado y a veces ese crimen es parte del gobierno”.

Al respecto, dijo, la sociedad tiene una gran responsabilidad de salir a la calle por sus periodistas -cosa que no ha hecho hasta la fecha- pero “no creo que se pueda reclamarle que no lo haga, porque los periodistas en términos generales en este país, nunca han trabajado para la sociedad, sino para el poder. Entonces no nos debe sorprender que cada vez que agreden o matan a uno de nosotros, la sociedad ni siquiera voltea y ni se sorprenda por eso”.

El gobierno, es otro de los frentes, y éste debe entender que debe apoyarse en la sociedad en lugar de seguir cometiendo suicidio entregándose al crimen organizado.

Albarrán de Alba refirió que el círculo vicioso medios de comunicación-periodistas-sociedad es algo que todos debemos romper y obligar al gobierno a reaccionar y se dé cuenta que “está cometiendo un verdadero suicidio que vamos a pagar todos como nación”.

Consideró que la reconquista de los derechos a la libertad de prensa depende de cada comunicador y subrayó que “siempre he dicho que para hacer periodismo no se pide permiso. Como periodista uno hace lo que tiene que hacer y si no es posible hacerlo por que existan condiciones de riesgo, te retiras, te haces a un lado y te dedicas a otra cosa, pero la conciencia y la pluma no se alquilan.

“Para quienes no estamos en circunstancia de riesgo, sino estamos dispuestos a seguir el juego de muchos medios de comunicación, la opción es buscar otros espacios, creamos e inventamos y hacemos la vida de otra manera, sin dejar de creer que hay vida para los periodistas después de los medios.”

Los comunicadores debemos tener presente y jamás olvidar que “el periodismo lo hacemos los periodistas y hay muchas formas de colocar textos y de hacer periodismo. El periodismo no se hace en los medios de comunicación”.

Al referirse al contexto que rodea al periodismo en México, el director de Saladeprensa.org refirió que por un lado está el fenómeno de censura, autocensura y la proliferación de zonas de silencio y, al mismo tiempo, paradójicamente, “ha surgido una explosión del mejor periodismo que se haya hecho en muchos años en México, con decenas de reporteros y reporteras que investigan y publican por sus propios medios, haciendo periodismo profesional de gran calidad, bien contado, de alto riesgo, que está fuera del circuito de los medios tradicionales que conocemos”.