Palabras Mayores: Abusos y cero austeridad de Instituto Electoral en Guerrero

Categoría: Editoriales
Escrito por Jorge Romero Rendón

*El botín es de 256 millones de pesos para 2017

*Sin que haya elecciones; consejeros se reparten salarios más altos que el del gobernador Astudillo

por Jorge Romero Rendón

En este 2017 que inicia con crisis económica y el anuncio de un programa de austeridad por parte del gobierno de Guerrero, los que se siguen despachando con la cuchara grande son los siete consejeros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), que van a gozar de un presupuesto superior a los 256 millones de pesos; dinero tirado a la basura, porque en este año no habrá elecciones en el estado, y sólo servirá para repartirlo entre sus altísimos sueldos y para financiar las prerrogativas que manejan discrecionalmente los dirigentes de partidos políticos, sin rendir cuentas a la sociedad.

Mientras que los consejeros electorales federales del INE en Guerrero sólo cobran por el tiempo que trabajan, pues tienen asignados únicamente pagos por las reuniones a que asisten, sin apoyo para celulares, gasolina ni choferes, los siete consejeros estatales del IEPC ganan más que el gobernador, ya que en conjunto se reparten 19 millones 412 mil 181 pesos, sólo por concepto de sueldos, aguinaldo y prima vacacional, tomando como base los salarios aprobados por ellos mismos el martes pasado junto con el presupuesto anual que ejercerán en el 2017.

En base a esa información oficial, la consejera presidenta, Marisela Reyes Reyes percibirá un salario mensual de “sólo” 191 mil 637 pesos, luego de haber decidido reducirse el sueldo voluntariamente en un 10% como medida de “austeridad”; mientras que los otros seis consejeros se lo redujeron en el mismo porcentaje, quedándoles solo un “minisalario” de 158 mil 376 pesos mensuales; que de todos modos es más alto que el sueldo del gobernador Héctor Astudillo Flores, que nominalmente es de 146 mil pesos, según el Presupuesto de Egresos 2017, monto que es el mismo asignado a ese puesto desde el 2015, pues Astudillo decidió NO incrementarse el sueldo, e incluso está por reducirlo más.

De modo que aún con el “recorte” anunciado por la señora Reyes, su salario es oficialmente mayor en 45 mil pesos al del gobernador Astudillo, y el de los demás consejeros también lo supera en más de 12 mil pesos mensuales. ¿Es moralmente aceptable esto en medio de las protestas y el descontento ciudadano por el alza de los precios de los combustibles…?

Casi 40 millones de pesos para salarios y gastos personales de

los consejeros electorales… ¿se vale en medio de la crisis?

Pero no se crea que con esa reducción de sueldos los consejeros del IEPC van a tener que ponerse a dieta, porque si multiplicamos sus sueldos, aguinaldo y prima por vacaciones, la consejera Reyes Reyes se va a llevar este año nada menos que 3 millones 257 mil 829 pesos; mientras que sus pobres compañeros consejeros sólo percibirán 2 millones 692 mil 392 pesos, lo que en total implicará una erogación de casi 20 millones de pesos, casi el 20% de todo el financiamiento que recibirán los partidos políticos este año por parte del IEPC. Más el pago de bonos secretos de “productividad” que se autoasignan los consejeros al menos tres veces al año, por otro monto millonario.

Lo curioso es que el excesivo salario que se autoasignó Marisela Reyes desde el año 2014 -cuando se creó el IEPC-, que ha sido de 212 mil 930 pesos mensuales, y que denunciamos en este espacio en junio del 2015, fue negado por ella misma en declaraciones públicas hechas en noticieros de radio y publicadas en diarios locales, pero cuyo monto fue informado en la sesión del martes pasado sólo para ponderar la reducción del 10% de ese sueldo. Pero casi dos años después, la señora consejera nos da la razón y se revela como mentirosa, además de abusiva.

A los salarios exagerados citados, hay que sumarle los sueldos de choferes, asesores, ayudantes y hasta ¡maridos! de algunas consejeras, de recomendados, más los gastos por concepto de vehículos oficiales, gasolina y mantenimiento de las camionetas de lujo tan de moda en el IPEC; gastos de telefonía celular, restaurantes, viajes, gastos de “representación” y presupuesto para gastos operativos de cada uno, con lo que se duplica el dinero que ejercen para su bienestar personal los siete consejeros electorales.

Así es que ¿cuál austeridad? Lo de hoy es ser consejero electoral en el segundo estado más pobre del país –Guerrero-, para percibir sueldos millonarios en años como el 2017 en que los siete consejeros harán… ¡NADA! 

Así es que parafraseando a la diputada federal priista Carmen Salinas, el que quiera tener su instituto electoral… ¡que lo mantenga!

( Y sí, lo mantenemos todos con nuestros impuestos…)