La pugna por el Senado en el PRI

Categoría: Editoriales
Escrito por Noé Mondragón Norato

LECTURA POLÍTICA

Los priístas ya le comenzaron a medir la presión a la olla. Y no es para menos: la pasada elección de gobernador dejó en la orfandad política a muchos de ellos. Hoy quieren regresar para revivir glorias pasadas. Evalúan que con despensas, cemento o láminas de cartón, será suficiente para inflar otra vez el músculo. Sentir de cerca el calor de la flama del poder. Regodearse en su altanería con otro cargo de elección popular. Recuperar y expandir su ego perdido. Retornar al feliz y cómodo tren de vida que proveen los presupuestos públicos. Demostrar que, pese al paso del tiempo, siguen siendo rentables en la arena política y electoral. Pero la sociedad guerrerense ha cambiado. Imposible no reparar en los indicadores que así lo corroboran.

 

LA FILA QUE SE INCREMENTÓ.- En pocos días, la fila de aspirantes tricolores al senado de la república se incrementó sustancialmente. Y tenía que ser así por una sola razón: quienes le apuntan a dicha posición legislativa, lo hacen con el fin de abrir la negociación política interna a fin de percibir qué tanto pueden alcanzar. Y por eso mismo, a la lista que abrieron el diputado federal Mario Moreno Arcos, el ex gobernador René Juárez Cisneros, y la hija del extinto José Francisco Ruiz Massieu, se han sumado abiertamente otros tres personajes: los ediles de Acapulco y Chilpancingo, Manuel Añorve Baños y Héctor Astudillo Flores respectivamente. Y también el hijo del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, quien viene de perder la candidatura desde la elección federal de 2006 frente el actual gobernador Ángel Aguirre Rivero. Son seis aspirantes para solo dos escaños senatoriales. Y es ahí donde abre la negociación: A) Desde la perspectiva de la sucesión gubernamental de 2015, tres aspirantes estarían descartados de antemano para exigir su pase al senado: el ex gobernador René Juárez Cisneros –quien ya no puede aspirar como eventual senador, a convertirse en candidato a gobernador-; y los actuales ediles de Acapulco y Chilpancingo –Añorve y Astudillo- quienes ya compitieron y perdieron la elección más importante de toda su vida política: la de gobernador. Cederles sobre todo, la primera posición al senado, significaría una sola cosa: el consentimiento tácito de las cúpulas tricolores para que uno de los dos quede enfilado rumbo a una eventual y segunda postulación al gobierno estatal en el 2015. Y en el PRI los perdedores tienen muy pocas posibilidades de retornar a revivir viejas glorias. La fila quedaría reducida a tres. B) El diputado federal tricolor, Mario Moreno Arcos, parece resignado a ser postulado por segunda ocasión, como eventual aspirante tricolor a la alcaldía de Chilpancingo. La medida tendría una sola explicación: el linchamiento político en su contra orquestado desde la dirigencia estatal del PRI de Efrén Leyva Acevedo y atizado también con ahínco por la dupla política Añorve-Astudillo. Además, sería esa una forma de atemperar las desbandadas tricolores. Como sea, la maniobra tiene el claro fin de que Mario sea desplazado de su aspiración al senado. Y entonces la lista de aspirantes queda reducida a dos. Justo los que necesita la fórmula tricolor para competir en la elección de 2012. C) Así, Rubén Figueroa Smutny y Claudia Ruiz Salinas, se quedarían al frente de las dos posiciones al senado. Y la justificación parece razonable: el primero apelaría a su derecho de sangre figueroísta. La segunda haría lo propio exigiendo premio político por ser hija del ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu. Pero con un ingrediente adicional: reclamando la cuota de género. Incluso, se anticipa que en la negociación entre las cúpulas priístas, el ex gobernador Juárez Cisneros sacrificaría su propia postulación y declinaría a favor de Figueroa Smutny para que éste se quede encabezando la fórmula. Desde luego, sin descuidar su propia supervivencia ponderando una curul federal. Sin embargo, el problema para el PRI apenas iniciaría. Porque con esta hipotética dupla compitiendo por el senado, ¿con qué base social y electoral aspirarían a ganar la elección?  Es ahí donde radica el predicamento.

HOJEADAS DE PÁGINAS…El fracaso en la estrategia de seguridad pública, es uno de los pesados lastres con que llega a su quinto año de gobierno, el presidente panista Felipe Calderón. Y con cada día que pasa, el fenómeno delictivo parece imparable. El incendio del Casino Royale en Monterrey, justo en la víspera del quinto informe de gobierno, confirma que el Estado ya fue rebasado por esos grupos de facinerosos. El miedo está por todos lados. Y nadie lo frena.