Aguirre regresa; y con Morena

Categoría: Editoriales
Escrito por Miguel Ángel Arrieta

 

Todavía hace dos meses los militantes del aguirrismo en diferentes regiones de Guerrero afirmaban que el dos veces gobernador no tenía intenciones de reincorporarse a la política en el corto plazo después de la tragedia vivida en el seno familiar. Pero la semana pasada Ángel Aguirre sorprendió a su propio grupo político; convocó a gran parte de sus operadores a su casa en Ometepec y les informó que regresa a la actividad pública con miras al 2018 y viene por Morena.

La reaparición de Aguirre Rivero se da en un escenario partidista dominado por la incertidumbre en todos los institutos políticos que competirán por cargos de elección popular, por lo que la estrategia e indicaciones dadas a los asistentes a la reunión con el ex mandatario marcan la primera señal visible de lo que se avecina electoralmente.

De acuerdo a filtraciones de algunos de los asistentes al encuentro con Ángel Aguirre, el ex gobernador dio instrucciones precisas a cada uno para definirles en qué distrito y porqué cargo competirán, pero los advirtió que el punto de partida para hacer públicas sus aspiraciones será cuando Morena acceda a designarlo candidato a diputado federal plurinominal por ese partido.

A pesar de esta condicionante que impide una operación abierta, después de ese encuentro el aguirrismo comenzó a transmitir silenciosamente entre toda su estructura la determinación de regresar pronto al campo de batalla con su líder al frente.

Después de todo dan por hecho que Morena no desaprovechará el trabajo político del carismático personaje de Costa Chica.

De hecho, todo forma de un plan diseñado por Andrés Manuel López Obrador.

El dueño de Morena tiene la certeza de que en tiempos electorales obtienen mayores dividendos las candidaturas de personajes ligados al populismo, que las repetidas propuestas de candidatos hasta cierto punto fríos algunos y otros desconocidos para los votantes.

De ahí que Morena prefiera apostar a la imagen bonachona y despreocupada de Ángel Aguirre o Félix Salgado, que a la designación de candidatos con mejor perfil académico y técnico del estilo de Marcial Rodríguez o Pablo Amilcar Sandoval.

Independientemente de la interpretación electoral, en el fondo el significado del retorno de Ángel Aguirre Rivero representa un desafío al gobierno federal priista que trabajó meticulosamente durante la primera mitad del sexenio para recuperar emblemáticos territorios dominados por la oposición durante la última década, entre ellos Guerrero.

Por lo pronto, hay indicadores electorales de que con la ayuda del aguirrismo Guerrero recobraría la imagen lozobradorista que ha tenido cuando aparece en la boleta electoral Andrés Manuel, lo que afectaría las metas trazadas por el PRI para el 2018 en esta entidad.

Cálculos realizados, por cierto, sin tener en cuenta un escenario con la participación de Ángel Aguirre.

El problema para Aguirre Rivero y su grupo, -del que forman parte diputados locales, alcaldes, regidores e incluso funcionarios estatales-, es que el aguirrismo sigue bajo la lupa social por los acontecimientos violentos de Iguala en septiembre del 2014, que derivaron en la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa.

La memoria colectiva se mantiene arraigada en la versión de que la estructura de narcogobierno construida durante el gobierno de Aguirre es la base que derivó en la desaparición de los 43 jóvenes. Y en el posterior colapso social que vivió la entidad, cuyo primer efecto fue la salida de Ángel Aguirre de la gubernatura cuando aún le faltaba un año para concluir su periodo.

Por lo que la primera tarea del aguirrismo dentro de su incursión en Morena será desactivar esta percepción y exponer en un nuevo contexto su versión entorno de lo acontecido en Iguala en septiembre del 2014.

Aunque también se aprecian indicios de que al final de cuentas, el objetivo del aguirrismo no es venir a aclarar cuentas; su verdadero interés es recuperar gradualmente la fuerza política que los llevó a controlar en su momento el estado, y comenzar así el camino hacia el 2021.